Columna de Opinión | Hacia una mejor comprensión de El Niño

Nota Informativa
Por Ivonne Montes, Investigadora científica del IGP.
Hacia una mejor comprensión de El Niño FOTO

Fotos: IGP

Unidad Funcional de Comunicaciones

15 de enero de 2024 - 11:00 a. m.

El Niño Oscilación del Sur (ENOS), cuyas manifestaciones son conocidas por la gente como El Niño y La Niña, es uno de los modos de variabilidad climática más importantes en el océano Pacífico, el cual ejerce una gran influencia sobre las precipitaciones a nivel global y regional. En el Perú, la fase cálida del ENOS, el Niño, es la que causa mayores impactos, ya que no solo afecta las precipitaciones en la costa norte del país, sino también puede producir sequías en los Andes y en la Amazonía. Así, El Niño puede provocar grandes daños a infraestructuras, actividades económicas y, más importante, la seguridad y bienestar de las personas y sus medios de vida.
 
Ante este peligro, los científicos que estudiamos el océano, la atmósfera y el clima tenemos el reto y la necesidad de lograr realizar un pronóstico de la magnitud posible de El Niño año tras año. ¿Labor sencilla? Puede parecer, pero se requiere hacer una evaluación permanente del océano y la atmósfera que permita monitorear la temperatura superficial del mar en regiones específicas, observar los patrones de vientos, la presión atmosférica y, especialmente, sus respectivas anomalías, además de otros procesos. Aún así, pronosticar el Niño es complicado debido a la complejidad y las interconexiones de los procesos oceánicos y atmosféricos que caracterizan este fenómeno climático.
 
En el país, el Instituto Geofísico del Perú (IGP), como parte de la Comisión ENFEN, utiliza modelos matemáticos basados en las leyes de la física para simular y prever el comportamiento futuro de las condiciones oceánicas y atmosféricas, donde estos modelos tienen en cuenta los datos históricos y las condiciones actuales para proyectar los posibles escenarios futuros. No obstante, los modelos disponibles a la fecha tienen una serie de limitaciones que reducen su confiabilidad para nuestra región.. 
 
Por ello, en el IGP hemos desarrollado el Modelo Regional del Sistema Tierra que se construye con base en un modelo oceánico y un modelo atmosférico que trabajan juntos. ¿Qué significa esto? Para explicarlo en términos sencillos, se tiene toda la información de la atmósfera y del océano en lugar de cada componente separado. Así, examinamos la retroalimentación e interacción continua de este sistema acoplado y si se dan, en un momento dado, condiciones de ocurrencia de El Niño y los impactos que pueden desarrollarse en la Amazonía, los Andes y la costa peruana.
 
Por tanto, hoy se suma, al empleo de modelos climáticos globales, el Modelo Regional del Sistema Tierra del IGP, cuyo fin es su utilización como herramienta de pronóstico para el ENFEN. Nuestro compromiso es crear mejores herramientas para intentar comprender el entorno que nos rodea y seguir haciendo, hoy más que nunca, «ciencia para protegernos, ciencia para avanzar».