Columna de Opinión | La ciencia tras la erupción del Ubinas

Durante las últimas semanas, uno de los temas más comentados ha sido la reciente erupción del volcán Ubinas (región Moquegua), y cómo la ceniza volcánica que viene expulsando representa una amenaza para más de 5000 personas que habitan a menos de 30 km de su cráter.

Pero un aspecto tan importante como el determinar la afectación que la erupción puede generar en la población es el de reconocer cómo la ciencia realizada por vulcanólogos peruanos pudo identificar las primeras señales de su reactivación y, más aún, qué puede decirnos de cara a un corto y mediano plazo sobre lo que ocurrirá con el volcán.

El 17 de mayo de 2023, el Instituto Geofísico del Perú (IGP) detectó un incremento en el número de sismos vinculados a la actividad interna del volcán, es decir, se comenzó a observar una variación en su comportamiento que irrumpía con el estado de calma que mantenía el volcán desde que terminó su anterior erupción en 2019. Una semana después, el 24 de mayo, el IGP comunicó al INDECI y al Gobierno Regional de Moquegua, así como también al de Arequipa, que dichas señales eran constantes y que su persistencia en los siguientes días podría devenir en una nueva erupción volcánica.

Lejos de disminuir, el incremento de la actividad interna en el Ubinas fue constante. Así, desde el IGP sugerimos, mediante boletines e informes, realizar los cambios de nivel de alerta volcánica como reflejo de que el volcán se estaba reactivando y que la probabilidad de una erupción volcánica era real en un corto plazo. Finalmente, a poco más de un mes del registro de las primeras señales de reactivación, el 22 de junio, el Ubinas expulsó cenizas que marcaron el inicio de su actual proceso eruptivo.

Nuevamente, tal como en 2019, el IGP logró realizar un pronóstico exitoso de erupción volcánica del Ubinas de la mano de la geofísica, aquella ciencia que permite inferir los procesos que ocurren debajo de nuestra superficie y, por supuesto, también de los volcanes. En el IGP, gracias a los más de 35 años de estudios en vulcanología, podemos decir que somos capaces de reconocer el momento en el cual el Ubinas se está preparando para una erupción.

En la actualidad, el Ubinas viene desarrollando una etapa explosiva con niveles moderados, cuyos impactos están vinculados al daño que pueden generar las cenizas volcánicas en los centros poblados aledaños. Desde el IGP prevemos, basados en los datos geofísicos que recopilamos minuto a minuto, que la erupción mantendrá en un corto plazo este nivel de actividad. IGP: «Ciencia para protegernos, ciencia para avanzar».