Columna de opinión | Madre y vulcanóloga

Nota Informativa
Por Katherine Vargas, vulcanóloga del IGP
Columna de opinión | Madre y vulcanóloga

Fotos: IGP

Unidad funcional de Comunicaciones

16 de mayo de 2023 - 1:03 p. m.

El significado de ser madre va más allá de las palabras, es una mezcla de sentimientos y vivencias que, en algunas ocasiones, parecen irreales. Una madre es capaz de todo por sus hijos, sacrificando, incluso, su propio bienestar. Es increíble cómo podemos "multiplicar" el alimento para que alcance a toda la familia, tener una fuerza inexplicable para cargar físicamente a nuestros hijos, pero también la fortaleza emocional para sostenerlos en todas las etapas de su vida.

Mi madre es la persona que más confianza tiene en mí. Desde muy pequeña me impulsó a estudiar porque está convencida que esa es la manera de progresar en la vida. Estuvo en cada recital, concurso y en cada actividad que participé, dándome el ánimo y aliento que necesitaba para lograr mis metas.

En el último semestre de la universidad inicié mi tesis de vulcanología en el Instituto Geofísico del Perú (IGP); poco tiempo después, me enteré que sería mamá. Muchas personas a mi alrededor pensaron que el "futuro brillante" que me esperaba había llegado a su fin. Tenía miedo, pero fue mi madre quien me dijo que ser mamá no es ningún impedimento para alcanzar mis metas. Recuerdo sus palabras: “ve en tu hijo la fuerza que necesitas para superarte más y más”.

Ese pequeño ser que crecía en mi vientre se convirtió en mi principal motivación. Así, culminé en menos de un año mi tesis y me gradué como ingeniera geofísica. Luego, ingresé al IGP para impulsar la técnica de geodesia en el monitoreo de volcanes activos. La institución y cooperantes extranjeros me permitieron llevar cursos de especialización en Perú y en otros países. Hoy, han pasado 6 años desde que nació mi pequeño y estoy próxima a sustentar mi tesis de maestría en Ciencias de la Tierra.

Mi hijo es el motor que me ha hecho lograr más de lo que hubiera imaginado. Él es mi principal admirador y comenta a todos que tiene una mamá vulcanóloga. No puedo negar que me da nostalgia dejarlo para viajar a los volcanes, pero sé que se queda en las buenas manos de mi madre. Esta es la realidad de muchas mamitas peruanas, quienes deben dividir su tiempo entre su familia y su trabajo. Podemos llegar muy cansadas a casa, pero siempre seguras de escuchar en tres palabras la mejor recompensa: “te amo, mami”.

El Día de la Madre no solo es el segundo domingo de mayo, sino cada día de nuestras vidas donde damos lo mejor de nosotras para construir un mejor futuro para nuestros hijos y nuestro Perú. Gracias, mamitas peruanas y madres del IGP, gracias por su esfuerzo de hacer "ciencia para protegernos, ciencia para avanzar".

Columna de opinión publicada en el diario Correo Arequipa