Tormentas solares no han producido catástrofes en la historia de la Tierra

Nota Informativa
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13 de diciembre de 2012 - 5:22 p. m.

La actividad solar, debido al incremento del número de manchas solares, está en crecimiento y se espera que entre finales del 2012 y principios del próximo año la misma llegue al máximo del presente ciclo solar. Ante este hecho han surgido muchas interrogantes y se especula respecto a la tormenta solar que afectaría en gran medida a la Tierra. Al respecto, debe considerarse que estos fenómenos ocurren cuando una gran cantidad de energía es repentinamente liberada  de la atmósfera solar al espacio interestelar, llegando en unos ocho minutos a la Tierra, donde las partículas son frenadas por la magnetosfera del planeta. De esta forma, dependiendo de la intensidad, este impacto podría producir algunos efectos sobre la Tierra, por ejemplo con interrupciones en las comunicaciones, en algunos rangos de frecuencia. Por su parte, el Sol también puede despedir al espacio lo que se denomina Eyecciones de Masa Coronal o CME (Coronal Mass Ejection, de sus siglas en inglés). Algunas de éstas al llegar a la Tierra terminan su viaje produciendo espectaculares auroras en regiones polares y otras cercanas a ellas. Asimismo, debido a la interacción con la magnetósfera, algunas Eyecciones de Masa Coronal pueden llegar a alterar el campo magnético terrestre por un periodo corto de tiempo, causar daños en los sistemas de comunicación, interrumpiendo el funcionamiento de los satélites, pudiendo además dañar los sistemas de transmisión eléctrica, principalmente las que se encuentran en latitudes altas. Sin embargo, a lo largo de la historia se tienen registros que incluso eventos intensos no han sido lo suficientemente energéticos como para producir severos daños en la superficie de la Tierra. Salvo contados caso en el que se han dañado trasformadores de alta tensión, pero en lugares de latitudes altas (donde no se encuentra el Perú). Asimismo, en los últimos años los científicos han tenido progresos importantes en el estudio del clima espacial con el fin de predecir las llamaradas solares y CMEs y así poder informar y advertir, de ser necesario, de algún fenómeno que pudiera causar problemas en la Tierra. Ilustración de la relación Sol-Tierra, mostrando una CME viajando en dirección a la Tierra con el viento solar. Fuente: NASA/SOHO.