Lecciones del reciente sismo de 6.1 Mw en Osaka, Japón
Nota Informativa

18 de junio de 2018 - 1:11 p. m.
* Japón, asentado sobre el denominado Anillo de Fuego, es una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre “terremotos” con relativa frecuencia. Sus infraestructuras están especialmente diseñadas para soportar los sismos ¿Estamos preparados en el Perú?
Japón es un país altamente sísmico y la ocurrencia diaria de sismos de moderada magnitud ya no llama mucho la atención; tan solo resultan ser preocupantes aquellos sismos que presentan magnitudes superiores a 8 Mw, tal como ocurrió en el año 2011, en la costa del Pacífico en la región de Tohoku. Sin embargo, el domingo 17 de junio, a horas 7:58 am, la ciudad de Osaka, la más poblada de Japón, fue sacudida con la ocurrencia de un sismo, inicialmente reportado de magnitud 5.9 Mw pero luego corregido a 6.1 Mw, causando muertos y un gran centenar de heridos.
Lo particular de este sismo y lo que explica el daño generado, es que su epicentro fue ubicado a 10 km al norte de la ciudad de Osaka y su foco sísmico a tan solo 15 km por debajo de la superficie. Ello nos permite entender sus niveles altos de aceleración o sacudimiento del suelo, tan fuerte, que muchos muros colapsaron, ventanales de viviendas y centros comerciales se rompieron, las carreteras soportaron procesos de licuación de suelos, se produjeron incendios y las tuberías de agua colapsaron. Estos escenarios generaron zozobra en la población. Al ser un sismo de magnitud moderada y al presentar su epicentro en continente, no generó tsunami.
Este evento llama mucho la atención porque a pesar de su magnitud moderada, generó daño y efectos secundarios en una ciudad que ha crecido con una historia de haber sido afectada con la ocurrencia de grandes sismos y con la experiencia de tener viviendas y edificios construidos con técnicas sismorresistentes. Aquí surge la pregunta de muchas personas: ¿a partir de qué magnitud un sismo pasa a ser un terremoto?
Queda claro que la muerte de personas y el daño en la infraestructura causada por un sismo, no depende de la magnitud del mismo, sino, de la proximidad a las ciudades del epicentro y el foco sísmico. Un sismo de estas mismas características, en magnitud y cercano a la ciudad de Lima, causaría mayores niveles de daño y efectos secundarios debido a la mala calidad de las construcciones de nuestras ciudades, la mala distribución de las mismas sobre las riberas de los ríos o en las faldas de los cerros. Otro factor es la presencia de un gran número de viviendas antiguas y el crecimiento irresponsable de los distritos con viviendas autoconstruidas.
Un sismo igual que el ocurrido en Osaka, dejaría muchas lecciones que aprender con la responsabilidad de tomar acciones realmente orientadas a la gestión del riesgo de desastres.