El Sabancaya desde la mirada de drones, por el Dr. Danny Scipion

Nota Informativa
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3 de octubre de 2018 - 11:26 a. m.

Por el Dr. Danny Scipion, director científico del Instituto Geofísico del Perú (IGP)

La tercera semana de septiembre de 2018 fue de gran importancia para la comunidad científica nacional e internacional, ya que se realizó, con el financiamiento de Innóvate Perú, una campaña observacional del volcán Sabancaya dentro del marco de cooperación entre el Instituto Geofísico del Perú (IGP) y la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) para el desarrollo del proyecto "Monitoreo de volcanes usando vehículos aéreos no tripulados".

Esta es la segunda campaña que realizamos en el sur del Perú para monitorear volcanes en actividad. La primera fue en agosto de 2016, donde obtuvimos imágenes del volcán Ubinas con una cámara comercial de alta resolución y se pudo observar dentro del cráter pequeñas fumarolas correspondientes a gases magmáticos. Estas fotos y videos obtenidos fueron de gran utilidad para determinar con precisión el nivel de actividad y, además, realizar una reconstrucción en tres dimensiones del edificio volcánico. En el caso del Sabancaya el objetivo, aunque similar al anterior, propone la medición de gases como CO2, SO2, H2S de un volcán en actividad y determinar el avión de ala fija que será idóneo para volar a una altura mayor a los 6200 m s.n.m., en bajas densidades de aire y con una autonomía de vuelo no menor a 20 minutos.

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La estrategia de vuelo se planeó con mucho cuidado, calculando la velocidad de desplazamiento y ascenso, distancia a la que se sobrevolaría sobre el cráter del volcán y el número de tomas a realizar. Esto se completó en aproximadamente 20 minutos. El análisis del registro de vuelo del avión de ala fija fue de gran importancia y nos permitió optimizar las estrategias para mejorar nuestros resultados. En la prueba también observamos que el dron, al pasar sobre el cráter del volcán, se desestabiliza debido a la turbulencia causada por los gases ascendentes y altas temperaturas. Este análisis es muy importante, ya que si volamos sobre el cráter y se produce una explosión bastante violenta, el dron y los sensores que lleva instalados se verían afectados.

Lo obtenido en esta prueba ha sido comparado con fotografías de 2009. Hemos distinguido que el cráter ha cambiado por las continuas explosiones que ocurren desde noviembre de 2016. Se observa un cuerpo de lava al fondo y, por lo menos, 6 puntos de emisión de cenizas. Estos primeros resultados fueron presentados en el XIX Congreso Peruano de Geología capturando el interés de la comunidad científica por conocer más del proyecto y los resultados. Con las lecciones aprendidas en esta campaña, estaremos volviendo en aproximadamente un mes para seguir obteniendo nuevas muestras del volcán.

Columna publicada en el diario Correo Arequipa el 2 de octubre de 2018.