58 años de innovación en ciencia y tecnología, por el Dr. Marco Milla
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21 de mayo de 2019 - 10:23 a. m.
Por el Dr. Marco Milla, Investigador científico del IGP
En pocos lugares en el país se tiene la posibilidad de desarrollar ciencia y tecnología. La población cree que ello solo se realiza en los países más avanzados del mundo; no obstante, el Instituto Geofísico del Perú (IGP) viene efectuando esta labor por más de 58 años, lo cual le ha permitido tener un importante reconocimiento a nivel nacional e internacional.
Dichas innovaciones se efectúan desde el Radio Observatorio de Jicamarca, sede del IGP construida en la década de 1960, en plena carrera espacial, desde la cual se realiza el estudio de los fenómenos que ocurren en las capas más altas de la Tierra (ionósfera).
Para tal fin, se construyó uno de las radares más grandes y potentes del mundo, cuya antena mide aproximadamente 300 x 300 m2 y cubre un área similar a la de 10 canchas de fútbol. El radar del IGP instalado en Jicamarca puede liberar ondas de radio de algunos megavatios de potencia, lo cual permite medir los parámetros físicos de la ionósfera y observar los fenómenos que ocurren en ella.
Desde su instalación, el radar ionosférico representó un gran reto para los ingenieros y científicos del IGP. Sus características lo hacen único en el mundo, razón por la cual todo lo que se requiere para su operación y mantenimiento ha sido desarrollado y construido en el Perú por profesionales del Instituto. A lo largo de estos 58 años, diferentes generaciones de transmisores y receptores, así como las diversas partes que constituyen el radar han sido modernizadas y actualizadas con instrumentación desarrollada en el IGP. Esto ha permitido al Perú estar a la vanguardia de la tecnología de radares y al IGP mantener el liderazgo mundial en la construcción y mantenimiento de radares ionosféricos.
La innovación tecnológica no se limita al radar para el estudio de la ionósfera. En la actualidad, el IGP tiene en marcha ambiciosos proyectos de desarrollo de instrumentación geofísica como la construcción de radares atmosféricos y meteorológicos para el estudio de vientos y precipitaciones y la implementación de radares para el monitoreo de la superficie de zonas de riesgo de deslizamientos. Del mismo modo, se vienen diseñando sistemas de monitoreo de huaicos y vehículos aéreos no tripulados (drones). Estos últimos ya están operativos y permitirán monitorear los volcanes en el sur del país de forma remota sin poner en riesgo la vida de los vulcanólogos del IGP.
Han pasado ya 58 años desde que el IGP, con su sede en Jicamarca, inició el desarrollo e innovación de tecnologías orientadas a la gestión del riesgo de desastres. Cada instrumento diseñado e implementado en el Instituto, no hace más que motivar a sus profesionales a desarrollar ciencia para el país, a seguir haciendo “ciencia para protegernos, ciencia para avanzar”.