Los grandes sismos y sus magnitudes

Las personas son afectadas debido al colapso de las viviendas, y estas últimas son dañadas por la intensidad del sacudimiento del suelo. Cada vez que ocurren sismos de gran magnitud, los sensores cercanos al epicentro saturan sus registros debido a la gran cantidad de energía liberada y a los complejos procesos de ruptura generados. Por este motivo, es difícil realizar estimaciones rápidas de las magnitudes, situación que no ocurre con la identificación de los epicentros y la profundidad de sus focos. Es común también, que existan diferencias entre los valores de magnitud reportados por varios organismos. En relación al sismo de Lagunas del día 26 de mayo del 2019, se detallan los siguientes registros: USGS (EEUU): reporte preliminar, M7.5 y revisado, M8.0 IG-EPN (Ecuador): reporte preliminar M7.7 y revisado, M8.1 SGC (Colombia): reporte preliminar M8.3 y revisado, M8.0 IGP (Perú): reportes preliminares M7.2 y M7.5, y revisado, M8.0 En el caso del terremoto de Japón del año 2011, la cronología de los reportes fue el siguiente: Las diferencias observadas en la magnitud del sismo se van reduciendo con la disponibilidad de mayores datos, y la ciudadanía debería centrar su atención en la intensidad del sacudimiento del suelo. Este es el principal parámetro causante de los daños en viviendas y en la naturaleza. Las personas son afectadas debido al colapso de las viviendas, y estas últimas son dañadas por la intensidad del sacudimiento del suelo, no por la magnitud del sismo. El día 26 de mayo, a las 02:41 hora local, en la zona de selva ocurrió un sismo de gran magnitud a una profundidad de 135 km, produciendo altos niveles de sacudimiento en un radio del orden de 1000 km. Las máximas intensidades de sacudimiento del suelo produjeron en las áreas urbanas de Yurimaguas, Lagunas, Tarapoto e Iquitos, el colapso de viviendas precarias; además de procesos de licuación de suelos con el consiguiente surgimiento de aguas subterráneas y fallas de corte en los suelos.