Ubinas: 500 años de actividad eruptiva recurrente, por el investigador científico Marco Rivera

Nota Informativa
Archivo de Noticias Migrado

17 de setiembre de 2019 - 3:00 p. m.

Por Marco Rivera, Investigador científico del IGP El volcán Ubinas se localiza en la región Moquegua, a 70 km al este de la ciudad de Arequipa y es considerado el volcán más activo del Perú. Desde 1550, ha presentado al menos 26 procesos eruptivos con una recurrencia de 2 a 6 eventos por siglo. El Ubinas es un volcán relativamente viejo, con más de 300 000 años de antigüedad, tiempo en el que ha presentado una serie de erupciones de diversos tipos y magnitudes. Durante los últimos 500 años, ha generado erupciones explosivas leves a moderadas con Índices de Explosividad Volcánica (IEV) de 1 a 3, en una escala que va de 0 a 8. Estas erupciones se caracterizaron por emitir cenizas, bloques incandescentes y, eventualmente, algunos flujos piroclásticos de limitado volumen. Sus últimas erupciones, entre ellas la iniciada el 24 de junio de 2019, han presentado actividad explosiva de magnitud baja, característica de un IEV de 2. Existen peligros potenciales que se ciernen sobre los poblados localizados alrededor del volcán: caída de ceniza, lahares, eventuales flujos piroclásticos y avalanchas de escombros. De continuar el actual proceso eruptivo del Ubinas, este seguirá emitiendo cenizas que serán dispersadas a más de 10 km del volcán. Esta misma ceniza, que viene acumulándose en las laderas del edificio volcánico, podría ser removida por las lluvias y generar flujos de barro o lahares, los cuales se desplazarían por las diversas quebradas que descienden por los flancos S y SE hacia el valle de Ubinas. Conforme los lahares se desplacen, estos afectarán las vías de comunicación, canales de agua, terrenos de cultivos, etc.  La ocurrencia de flujos piroclásticos puede tener lugar en el contexto de una erupción explosiva moderada. Estos son relativamente calientes (300 - ~700 °C) y podrían descender por las quebradas que dan hacia el valle de Ubinas a una velocidad promedio de 150 km/h. Durante su recorrido, causarían destrucción por enterramiento e incineración de todo lo que encuentren a su paso. En caso de una erupción explosiva violenta o la acumulación de lava formando un domo dentro del cráter, podría provocarse el derrumbe total o parcial de la pared sur del volcán Ubinas, la cual se encuentra debilitada, produciendo avalanchas de escombros. Estas caerían al pie del flanco sur hasta una distancia mayor a 6 km del volcán, para convertirse luego en lahares y canalizarse en los ríos Ubinas y Tambo. Afortunadamente, los poblados cercanos al Ubinas han sido evacuados y permanecen en la actualidad a más de 12 km del cráter, en zonas altas. El Instituto Geofísico del Perú (IGP), a través del Centro Vulcanológico Nacional (CENVUL), continuará vigilando de manera permanente y en tiempo real la evolución del proceso eruptivo, contribuyendo así con la gestión de esta emergencia volcánica. IGP: «Ciencia para protegernos, ciencia para avanzar».