Columna de opinión | ¿Por qué estudiar el océano?
Nota InformativaPor Ivonne Montes, investigadora científica del IGP

Fotos: IGP
12 de junio de 2022 - 9:07 a. m.
El océano es un gran almacenador de calor, ya que absorbe la radiación solar que distribuye alrededor del planeta a través de las corrientes marinas. Así, el calor y la humedad son desplazados en el planeta permitiendo influenciar el clima y el tiempo.
Asimismo, es la fuente principal para sustentar el ciclo del agua, proceso que se inicia con la evaporación del agua de mar y continúa con la formación de nubes y la precipitación de agua dulce en el continente. Además, interviene en la producción de oxígeno del planeta y en los flujos de carbono. A través de las plantas del océano (es decir, el fitoplancton), el carbono inorgánico disuelto es removido de la atmósfera mediante la fotosíntesis, lo que genera materia orgánica rica en carbono, que constituye la base de la cadena trófica (la fuente de alimentación para organismos no-fotosintéticos), y oxígeno. Este proceso ocurre entre pocos días a varias semanas en la zona eufótica, es decir, en las capas superficiales del océano que se encuentran en constante comunicación con la atmósfera donde hay disponibilidad de luz y nutrientes . Así, al igual que los bosques, el fitoplancton absorbe CO2 y produce oxígeno.
El océano también soporta el funcionamiento y la estabilidad de los ecosistemas a través de la diversidad biológica, donde muchas de las especies marinas son fuente de alimentación y sustentan la pesca artesanal e industrial. Así, el océano contribuye a la seguridad alimentaria y es una fuente importante de divisas. Por lo tanto, si queremos predecir y reducir los riesgos asociados al cambio climático y mantener los servicios ecosistémicos que sustenta el océano, se requiere estudiarlo. En ese camino, el IGP sigue haciendo “Ciencia para protegernos, ciencia para avanzar”.