Columna de Opinión: Contribución del IGP para reducir riesgos
Nota InformativaPor Hernando Tavera, presidente ejecutivo del IGP

Fotos: IGP
5 de noviembre de 2021 - 9:18 a. m.
Como parte de la historia del Perú, diversas regiones han sido afectadas por la ocurrencia de eventos naturales como son los sismos, las erupciones volcánicas, el fenómeno El Niño, entre otros, siendo los sismos de gran magnitud los más importantes por su ocurrencia, sabida pero inesperada, y porque en escasos segundos puede destruir todo aquello que a las sociedades les tomó años construir.
En la última década el Estado apoyó al IGP para mejorar la Red Sísmica Nacional, a fin de consolidar un sistema de monitoreo de sismos que permita mejorar las investigaciones y buscar el camino al pronóstico y reducción del riesgo en el cual se encuentra la población. Así se crea el Centro Sismológico Nacional (CENSIS). El resultado: el país cuenta con una moderna red de monitoreo sísmico que permite alertar a la población sobre el riesgo sísmico en la zona costera, donde se encuentran las áreas que deben dar origen a futuros grandes sismos. Todo ese conocimiento llevó al Estado a volver a apoyar al IGP para concretar la instalación del Sistema de Alerta Sísmica Peruano (SASPe), que está a punto de terminar con la instalación de 106 sensores a lo largo de la zona costera y que, al ocurrir un evento sísmico de gran magnitud, dará la alerta en las áreas urbanas segundos antes de que las ondas sísmicas sacudan los suelos. A mayor distancia, entre el epicentro del sismo y el área urbana, mayor tiempo tendrán las personas para ubicarse en áreas seguras. Por ello, el SASPe se complementa con las acciones del INDECI, que instalará las sirenas y capacitará a la población, permitiendo reducir el riesgo sísmico de 18 millones de pobladores de las 10 regiones costeras del Perú.
En paralelo, desde la erupción del volcán Sabancaya, en 1988, el Estado apoyó al IGP para iniciar investigaciones y monitoreo volcánico en la región sur. Con los resultados obtenidos se creó el Centro Vulcanológico Nacional (CENVUL) mediante el cual el IGP monitorea geofísicamente a 12 volcanes activos. El proyecto dio sus primeros aportes cuando, en 2019, se alertó con 15 días de anticipación la erupción del volcán Ubinas, logrando que gobiernos regionales y locales actuaran y redujeran en 90 % el riesgo de la población.
Otro proyecto del avance científico es la antena más grande del mundo para observar la ionosfera, de 300 por 300 metros, instalada en los años 60. La capacidad de los profesionales del IGP permite que este recurso tecnológico se mantenga a la vanguardia y mejore la observación de la alta atmósfera, obteniendo datos que permiten identificar perturbaciones que afectan directamente a las comunicaciones en el planeta.
Sin duda, el apoyo del Estado impulsa el avance en las investigaciones y monitoreo geofísico que reduce el riesgo humano y nuestros logros permanentes muestran que en el IGP hacemos “Ciencia para protegernos, Ciencia para avanzar”.