Columna de Opinión: Cuna del IGP cumple 99 años de aporte científico

Nota Informativa
Por Hernando Tavera, presidente ejecutivo del IGP

Fotos: IGP

Unidad Funcional de Comunicaciones

2 de abril de 2021 - 8:52 a. m.

Se podría afirmar categóricamente que el Instituto Geofísico del Perú (IGP) lleva 99 años aportando al monitoreo de fenómenos geofísicos y realizando investigaciones científicas de alto nivel. Su origen se remonta al año 1922 cuando inicia sus operaciones con el Observatorio Magnético de Huancayo, a cargo del Instituto Carnegie de Washington (EE.UU.). Luego, en 1947, esta institución científica toma el nombre de Instituto Magnético de Huancayo y en 1960, Instituto Geofísico del Perú, hoy adscrito al Ministerio del Ambiente.

El IGP en sus inicios realiza las primeras observaciones del campo magnético de la tierra, así como observaciones meteorológicas, sísmicas, ionosféricas y de rayos cósmicos, permitiendo conocer el electro chorro ecuatorial y contribuir en el estudio de las heladas, hongos en sembríos y tecnologías a bajo costo, para la conservación papa.

Por los años cuarenta, las investigaciones se incrementaron para conocer el microclima en el valle del Mantaro y el pronóstico de heladas, así como las correlaciones del ciclo solar y las precipitaciones anuales, el pronóstico de frecuencias óptimas para las comunicaciones, la contaminación ambiental por actividades mineras, la edición de boletines sísmicos y un amplio programa de visitas técnicas e escolares y universidades.

En los años sesenta, el IGP y su primer presidente, el ingeniero Alberto Giesecke, logran el apoyo de la Fundación Ford, de la NASA y del Instituto Carnegie, con la finalidad de lograr becas integrales para que doce peruanos hagan su doctorado en el extranjero. En paralelo, el IGP se consolida con la creación del Observatorio de Ancón para el rastreo satelital contribuyendo con información para la navegación espacial que llevó al primer hombre a la Luna y el Radio Observatorio de Jicamarca para el monitoreo de la Ionosfera. A estos se suman las dos primeras estaciones sísmicas de la red mundial instaladas en Ñaña (Lima) y Characato (Arequipa).

Así se inició, pues, un programa visionario de crecimiento de las ciencias geofísicas en el país que hoy es la base para los grandes aportes que realiza el IGP en la reducción del riesgo de desastres.

Han pasado 99 años y el IGP se ha consolidado con la operación en el Observatorio de Huancayo de modernos instrumentos para el monitoreo y estudios en física atmosférica, alta atmósfera y astronomía. Se suman el Radio Observatorio de Jicamarca, el Observatorio Vulcanológico del Sur, el Centro Sismológico Nacional y su sede central en Ate, Lima.

Es casi un siglo de historia, multiplicando el conocimiento científico orientado a la reducción del riesgo de desastres, desarrollando tecnología de punta y aportando con la formación de profesionales para el crecimiento y consolidación de las ciencias geofísicas en el país. Son 99 años haciendo ciencia para protegernos, ciencia para avanzar.