Columna de Opinión: El agua en nuestro planeta
Nota InformativaPor Ivonne Montes, investigadora científica del IGP

Fotos: IGP
26 de marzo de 2021 - 1:19 p. m.
Para algunos de nosotros, al escuchar la palabra ‘agua’, se nos viene a la mente un vaso conteniendo dicho líquido elemento, disponible para saciar nuestra sed; para otros, algún reservorio que la contiene, como el océano, que puede inspirar muchas emociones. Pero, ¿qué sabemos realmente sobre el agua?
Crecemos aprendiendo que el agua es una sustancia química compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno -percibida de manera inodora, incolora e insípida-, cuyo estado físico puede cambiar a líquido, sólido o gaseoso, dependiendo de la presión y la temperatura. Sabemos también que el 71% de nuestro planeta está cubierto por agua, donde el océano es el reservorio de agua más grande disponible en estado líquido. Sin embargo, al contener sales disueltas, partículas, material orgánico, entre otros, esta agua es salada y, por ende, no es aprovechable para el consumo humano y sus actividades. Cabe señalar que el océano mantiene una inmensurable riqueza biológica, siendo una de las principales fuentes de vida animal y vegetal, que sustenta una serie de bienes y servicios traducidos en billones de dólares anuales y que, además, es el regulador del clima.
Si tuviéramos que poner el agua del planeta en cifras y clasificarla, entonces, tendríamos que cerca del 97 % es agua salada y 3 % es agua fresca. Del total de agua fresca, alrededor del 69 % son capas de hielo y glaciares, 30 % subterráneas y 1 % agua superficial accesible; refiriéndose esto último a los lagos, ríos, vapor de agua en la atmósfera, agua en el suelo y la biosfera. Así pues, sólo una fracción muy pequeña del volumen total del agua del planeta está considerada como recurso hídrico para satisfacer las demandas del ser humano.
Considerando que la cantidad total del agua del planeta no cambia porque no sale de la Tierra, esta solo circula entre el océano, la atmósfera, la superficie terrestre, la biósfera, los suelos, los sistemas de aguas subterráneos y la tierra sólida mediante el ciclo hidrológico, a través de los procesos de evaporación, transpiración, condensación, precipitación y escorrentía. Por tanto, hablar del agua para el desarrollo sostenible implica estudiar y entender cada uno de los reservorios y los procesos asociados ya que, si alguno se altera, puede producir cambios en la pequeña porción que cubre las demandas del ser humano.
Acaba de celebrarse el 22 de marzo, el Día Internacional del Agua, momento propicio para recordar que, en aporte al conocimiento del agua, el Instituto Geofísico del Perú investiga la dinámica del océano y de la atmósfera, ecosistemas de montañas, la Amazonía, sedimentos en embalses, glaciares, regulación hídrica y calidad de agua. Hacemos Ciencia para protegernos, ciencia para avanzar.