Tsunamis en Perú: ¿cómo estudiarlos?
Nota InformativaPor Julio Martínez, investigador del IGP

Fotos: IGP
2 de febrero de 2021 - 8:34 a. m.
Por su ubicación geográfica, el Perú forma parte del denominado cinturón de fuego del Pacífico, siendo considerado a nivel mundial como uno de los países con mayor potencial sísmico debido a la interacción de las placas de Nazca y sudamericana, proceso que origina un gran número de sismos. De ellos, el 80 % ocurre frente al litoral costero y los de mayor magnitud logran generar tsunamis.
Los tsunamis son una serie de ondas marinas de periodo largo originadas por perturbaciones del mar, debido, principalmente, a la ocurrencia de sismos que presentan las siguientes características: (i) originarse en el fondo oceánico (frente al litoral costero), (ii) ocurrir a profundidades menores a 60 km y (iii) tener magnitud mayor a M7.0. La palabra “tsunami”, de origen japonés, proviene de dos vocablos: tsu (puerto) y nami (ola), lo que literalmente significa grandes olas en el puerto.
Históricamente, el litoral costero del Perú ha sido afectado por grandes sismos generadores de tsunamis: en algunos casos pequeños y, en otros, muy grandes y destructivos. Entre los más importantes están los ocurridos en los años 1582, 1586, 1604, 1687, 1746, 1868, 1966, 2001 y 2007. Uno de los tsunamis que afectó gravemente la parte central del Perú ocurrió el 28 de octubre de 1746, después de sucedido un sismo frente a la región Lima con magnitud estimada de M8.8. Media hora después del sismo, se generó un gran tsunami que golpeó las costas y causó la destrucción absoluta. El Callao recibió el mayor impacto tras una ola de 24 metros de altura y 5 kilómetros de inundación; 23 barcos anclados en el puerto fueron destruidos y uno de ellos fue transportado a 1.5 km tierra dentro. En total, las víctimas del terremoto y tsunami alcanzaron las 4000 personas.
Considerando el crecimiento desmesurado de las ciudades costeras con ansias de ganarle tierra al mar, estas ahora no solo están expuestas al sacudimiento del suelo producto de un sismo, sino a la alta probabilidad de producirse un tsunami, que, en algunos minutos, contribuye o incrementa el daño ya producido. En Arequipa, el último sismo y tsunami ocurrió el 23 de junio de 2001 y destruyó áreas pobladas de la localidad de Camaná que hoy nuevamente se levantan con mayores desafíos al mar.
Estudiar los tsunamis usando modelos matemáticos para construir los posibles escenarios de inundación, conocer la velocidad de propagación de las olas, además de los niveles de inundación en una determinada área, es el mejor aporte que se hace para reducir el riesgo ante estos fenómenos de la naturaleza. La historia ha demostrado que toda la costa peruana está expuesta a sismos y tsunamis; por lo tanto, lograr entenderlos y conocerlos es la mejor manera en la que el IGP sigue realizando “Ciencia para protegernos, Ciencia para avanzar”.