El campo magnético terrestre

Nota Informativa
Por Marco Milla, investigador científico del IGP

Fotos: IGP

Unidad Funcional de Comunicaciones

16 de diciembre de 2020 - 10:18 a. m.

¿Se han puesto a pensar qué protege la Tierra ante las partículas letales emitidas por el Sol? La respuesta tiene nombre propio: el campo magnético terrestre.

Para muchos desconocido, este campo se origina debido a las corrientes eléctricas en la capa exterior del núcleo de la Tierra, el cual está compuesto principalmente de hierro y níquel fundidos, elementos altamente conductores. Denominado también campo geomagnético, este se extiende desde el centro de la Tierra hasta más allá de nuestra atmósfera, en los límites donde se encuentra con el viento solar. Su rol es trascendental, ya que sirve de escudo protector de nuestro planeta al desviar las partículas energéticas emitidas por el Sol, lo que evita que estas lleguen a nuestra superficie. La región de interacción entre el campo geomagnético y el viento solar se conoce como la magnetósfera y, gracias a su existencia, la vida en la Tierra es posible.

El campo geomagnético no es estático, sino que está en continua variación desde su formación hace miles de millones de años. Sus características dependen de los fenómenos en el interior de la Tierra, en el Sol y en el medio interplanetario. Así, por ejemplo, se ha reportado recientemente un debilitamiento del campo geomagnético en el Atlántico Sur. Este fenómeno, conocido como la Anomalía del Atlántico Sur, ha sido relacionado con una posible inversión de los polos norte y sur magnéticos, los cuales no coinciden con los polos geográficos. Actualmente, no existe evidencia científica que soporte esta posibilidad.

Adicionalmente a los polos magnéticos, la línea que rodea la Tierra donde el campo geomagnético es exactamente paralelo a la superficie se conoce como el ecuador magnético. Esta línea curva tampoco coincide con el ecuador geográfico y varía su posición a lo largo del tiempo. Curiosamente, el ecuador magnético atraviesa la parte central del Perú por lo menos desde hace un centenar de años. Por este motivo, en el año 1922, se construyó el Observatorio Magnético de Huancayo, el cual dio origen al Instituto Geofísico del Perú (IGP).

Las variaciones en el campo geomagnético también están relacionadas a los fenómenos que ocurren en la ionósfera. Por ello, para profundizar los estudios en la ionósfera ecuatorial, el IGP cuenta con el Radio Observatorio de Jicamarca, facilidad científica donde se encuentra el radar ionosférico más grande y potente del mundo. La mayor parte del conocimiento que tenemos sobre los fenómenos ionosféricos en el ecuador magnético se deben a mediciones y estudios realizados con este poderoso radar, lo cual debe ser orgullo para todos los peruanos. 

Es de este modo que el IGP ratifica su compromiso de seguir contribuyendo con el estudio del campo magnético terrestre y seguir haciendo «Ciencia para protegernos, Ciencia para avanzar».

(Columna publicada en el Diario Correo de Arequipa)