Columna de Opinión | Ojos bajo el océano
Nota InformativaPor: Ivonne Montes, investigadora científica del IGP

Fotos: IGP
7 de noviembre de 2025 - 4:49 p. m.
El océano es nuestro gran aliado silencioso frente al cambio climático. Ha absorbido más del 90 % del exceso de calor del planeta y más del 20 % del dióxido de carbono emitido por la actividad humana. Gracias a sus complejas capacidades físicas y biogeoquímicas, el océano actúa como un gigantesco amortiguador del clima global.
Sin embargo, esta generosidad tiene un costo. El calentamiento, la pérdida de oxígeno, la acidificación del agua y las alteraciones en los ecosistemas marinos son señales claras de que el océano está pagando el precio. Estos cambios se sienten tanto en mar abierto como en las zonas costeras y afectan también al mar peruano, uno de los más ricos y productivos del planeta, donde eventos tipo El Niño nos recuerdan cada cierto tiempo la estrecha relación entre el océano y el clima. Por ello, comprender qué está ocurriendo bajo la superficie ya no es solo una tarea científica, sino una necesidad nacional.
Con esa mirada, el Instituto Geofísico del Perú (IGP) implementa la fase 2 del proyecto SEPICAF, una iniciativa científica internacional y regional liderada por Francia, junto con Perú y Chile, en el marco de los convenios IGP-IRD (Instituto de Investigación para el Desarrollo) y IGP-TASA (Tecnología de Alimentos S.A.). Esta etapa busca fortalecer el monitoreo del océano y entender mejor su rol en el clima mediante el lanzamiento de 15 flotadores tipo Argo.
Estos instrumentos autónomos —donados por el IRD— se sumergen hasta 2 000 metros para registrar temperatura, salinidad y, según el modelo, otros parámetros clave como el oxígeno, transmitiendo los datos al satélite en tiempo casi real. Cada flotador es, en esencia, un ojo bajo el océano que envía información valiosa sobre su estado y evolución. Actualmente, cuatro de los quince flotadores ya fueron lanzados y siete más se desplegarán próximamente.
Lo notable del proyecto es su sinergia ejemplar. SEPICAF, en el Perú, une la experiencia científica del IGP con el apoyo logístico de la industria pesquera nacional, que pone a disposición sus flotas para el despliegue en alta mar. Esta colaboración demuestra que la ciencia y el sector productivo pueden remar en la misma dirección cuando el objetivo es común: cuidar el océano.
Por parte del IGP, participan no solo investigadores especializados, sino también equipos técnicos y administrativos que aseguran la logística, el seguimiento y la operatividad del proyecto. Es una sinergia que combina conocimiento, gestión y compromiso con el país.
En un mundo que busca soluciones al cambio climático, el Perú apuesta por conocer y proteger uno de sus mayores tesoros: el mar. Allí, bajo las olas, se encuentran las claves para entender y preservar el futuro del planeta. Ciencia para protegernos, ciencia para avanzar.
Columna de opinión publicada en el diario El Peruano