La diosa Venus en cielos peruanos

Nota Informativa

Fotos: IGP

Unidad Funcional de Comunicaciones

24 de abril de 2020 - 10:32 a. m.

En estos días, desde los nuevos cielos despejados de Lima y del resto del Perú, justo después de la puesta del Sol, es posible ver a casi media altura sobre el horizonte (nor-oeste) una “estrella” muy brillante de color blanco.

Este objeto celeste fue denominado en la antigüedad como una “estrella errante”. Y vaya que sí lo es, pues a medida que pasen los días observaremos que este lucero irá apareciendo cada vez más cerca del horizonte después de la puesta del Sol. Se moverá. No estará fija en el cielo como las demás.

En la antigüedad, una estrella con movimiento propio tenía que ser un dios (dado que las otras estrellas permanecían fijas en el firmamento). Y como esta resplandecía de forma muy bella tenía que ser la hermosa diosa Venus.

Errante en griego se dice planētēs (planeta). Y es así como en estos días, y como herencia y homenaje a los antiguos astrónomos, podremos apreciar desde Perú a la hermosa planētēs Venus.

El planeta Venus será visible después de la puesta del Sol hasta fines del mes de mayo. Después, estará demasiado cerca al Sol en el cielo como para poder observarlo. Reaparecerá en nuestros cielos a partir del 8 de junio aproximadamente, pero esta vez para ser visible antes de la salida del Sol (alba), justo lo contrario de ahora.

¿Por qué Venus es tan brillante? Es un error pensar que Venus posee luz propia; así como la Luna, solo refleja la luz del Sol. La superficie de Venus está cubierta de densas nubes perpetuas de un color blanco, las que reflejan intensamente la luz del Sol, provocando así su intenso brillo blanquecino.

Este intenso brillo en los cielos hace pensar a los estudiosos que después de la Luna y el Sol, Venus debe haber tenido un papel fundamental en el imaginario de las antiguas culturas de nuestro planeta (los mayas y los babilonios, por ejemplo).

Venus también presenta fases como la Luna, pero solo visibles si usamos un telescopio. Fue Galileo Galilei quien, usando un telescopio rudimentario (año 1610), reportó por primera vez observar estas “fases” venusianas.

Venus y la Tierra son muy similares en cuanto a tamaño y masa. Pero existe una diferencia crucial, la densa atmósfera (rica en dióxido de carbono) que cubre a Venus produce un increíble efecto invernadero en su superficie, provocando que la temperatura alcance fácilmente los 460 grados centígrados. También se produce una presión atmosférica de 90 atmósferas. Es lo más parecido al infierno. Algo irónico, sabiendo que Venus es la representación de la belleza.

Entonces ¿Representa Venus el futuro de la Tierra si la concentración de dióxido de carbono aumenta en la atmósfera de nuestro planeta? Puede ser. Venus nos da una clara advertencia. Pero, también nos ofrece una excelente oportunidad de estudiar el fenómeno (efecto invernadero) y quizás la forma de prevenirlo.