Columna de opinión | SOPHy: ciencia y tecnología para salvar vidas
Nota InformativaPor: Yamina Silva Vidal, investigadora científica del IGP

Fotos: IGP
24 de octubre de 2025 - 4:25 p. m.
La historia del radar meteorológico se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando los operadores de radares militares descubrieron que, además de aeronaves, aparecían en las pantallas ecos provocados por la lluvia, la nieve o las tormentas. Ese hallazgo marcó el inicio de la meteorología por radar, una herramienta que, con el tiempo, se volvió esencial para detectar precipitaciones intensas, anticipar inundaciones e incluso combatir el granizo que destruye cultivos en cuestión de segundos.
Durante mis años de estudiante en Rusia fui testigo de cómo esta tecnología se aplicaba para proteger la agricultura en un país extenso y de clima extremo. Esa experiencia me dejó una pregunta que me acompaña hasta hoy: ¿qué deberíamos hacer en el Perú, un territorio altamente vulnerable a fenómenos como El Niño, para contar con radares meteorológicos propios y adaptados a nuestra realidad?
El fenómeno de El Niño 1997-1998 marcó un hito en la meteorología peruana al impulsar el uso de modelos numéricos, gracias a un proyecto financiado por el Banco Mundial. Sin embargo, veinte años después, el devastador Niño Costero de 2017 volvió a desnudar nuestras limitaciones frente a lluvias extremas y desbordes. Quedó claro que, sin tecnología propia, nuestra capacidad de respuesta seguiría siendo insuficiente.
Ya en 2001, el Instituto Geofísico del Perú (IGP) había planteado la necesidad de adquirir un radar meteorológico para estudiar la dinámica de las lluvias en Piura. El objetivo recién se alcanzó en 2016 con la compra del radar perfilador de lluvias MIRA 35C, gracias a Innóvate Perú (hoy Pro Innóvate). Con él se realizaron investigaciones sobre la formación de lluvias en los Andes. Poco después, el IGP diseñó y construyó el radar CLAIRE, un paso decisivo hacia la autonomía tecnológica nacional.
Estos avances sentaron las bases para que, en 2022, con financiamiento del FONDES, se pusiera en operación SOPHy, el primer radar meteorológico construido en el Perú. Nació como una respuesta tecnológica al Niño Costero de 2017 y representa el esfuerzo de investigadores e ingenieros peruanos por colocar la ciencia al servicio de la sociedad.
Tras operar en Piura durante el verano del 2024, SOPHy se encuentra hoy en el valle del Mantaro. Sus datos son aplicados en estudios hidrológicos para modelar inundaciones pluviales en Piura, en alianza con el SENAMHI; además, están siendo utilizados en modelos de inteligencia artificial para pronósticos de tormentas a corto plazo, con financiamiento de Pro Ciencia.
La experiencia del IGP evidencia que invertir en investigación y desarrollo tecnológico no solo impulsa la ciencia nacional, sino que también se traduce en un beneficio para la sociedad: la protección de la vida y la reducción de riesgos de desastres. SOPHy es una muestra de que la ciencia hecha en el Perú, con talento y visión de futuro, puede marcar la diferencia y salvar vidas. En ese camino, seguimos haciendo ciencia para protegernos, ciencia para avanzar.
Columna de opinión publicada en diario El Peruano