Columna de Opinión | Quebrada Tinajas: ciencia para evaluar el riesgo
Nota de prensaPor Gustavo Namay, investigador científico del IGP.

Fotos: IGP
12 de setiembre de 2025 - 2:30 p. m.
En 2023, las intensas precipitaciones asociadas al ciclón Yaku activaron la quebrada Tinajas, en Lima. El evento afectó alrededor de 40 hectáreas, entre vías, terrenos de cultivo y viviendas. Lo más preocupante: esta quebrada no contaba con estudios técnicos previos que permitieran anticipar el alcance de los daños. ¿Cuántas quebradas más deben activarse para tomar en serio esta amenaza latente?
Uno de los grandes desafíos en la gestión del riesgo de desastres es conocerlo en detalle. La estimación del riesgo parte de la caracterización del peligro, un componente crítico donde todavía existe una gran brecha de información. Tinajas es ejemplo de ello: una quebrada con alto potencial de activación y capacidad de causar daño, que también evidencia cómo el riesgo avanza más rápido que la planificación territorial.
En ese escenario, el Instituto Geofísico del Perú (IGP) ha iniciado estudios para comprender la dinámica de los flujos de detritos en Tinajas. El trabajo incluye un levantamiento fotogramétrico de unas 1390 hectáreas, inspecciones geológicas e hidrológicas desde la naciente hasta la desembocadura en el río Lurín —a lo largo de 26 kilómetros— y la aplicación de simulaciones numéricas.
Los resultados iniciales ya ofrecen información clave. Se han identificado cinco puntos críticos donde podrían producirse desbordes, además de las zonas afectadas en 2023. También se ha registrado la variación de las pendientes y el ancho del cauce, que se estrecha de 40 a apenas 2 metros en ciertos tramos. Asimismo, se cartografió la secuencia de flujos anteriores, identificando el tipo de material predominante: depósitos de granulometría gruesa, con arenas de grano medio a grueso, gravas y bloques, y escasa presencia de sedimentos finos como limos y arcillas. Esta evidencia permitirá simular lo ocurrido durante el ciclón Yaku y construir escenarios futuros para elaborar mapas de peligro que respalden decisiones territoriales basadas en ciencia.
La experiencia demuestra que no basta con reaccionar cuando un desastre ocurre. Es imprescindible anticiparse. Tinajas nos recuerda que el conocimiento técnico y científico debe estar disponible antes del próximo evento, porque el riesgo no espera.
Desde el IGP reafirmamos nuestro compromiso de seguir generando ciencia para protegernos, ciencia para avanzar. Nuestro objetivo es que este conocimiento sirva como base para decisiones que prioricen la seguridad de las personas y el ordenamiento sostenible del territorio.