Columna de Opinión | Radiografía sísmica de los volcanes Casiri-Purupuruni
Nota InformativaPor Rosa Anccasi, investigadora científica del IGP

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9 de setiembre de 2025 - 2:19 p. m.
¿Qué hay debajo de un volcán activo? ¿Dónde se acumula el magma antes de una erupción? Estas preguntas, que parecen de ciencia ficción, hoy encuentran respuestas gracias a la investigación científica, en particular a la tomografía sísmica, una técnica que nos permite “escanear” el interior de la Tierra.
En Arequipa solemos mirar al Misti, pero el sur peruano convive con más de una docena de volcanes activos o potencialmente activos. Entre ellos destacan los Casiri y Purupuruni, ubicados en la zona altoandina de Tacna, separados apenas por 25 kilómetros. Estos macizos, poco conocidos por la población, guardan una historia geológica que debería importarnos tanto como la del Misti o el Ubinas.
El Purupuruni es un complejo de domos de lava cuya última erupción ocurrió hace unos 5,300 años. El Casiri, un estratovolcán de lavas datadas entre 2,600 y 6,000 años, también guarda silencios prolongados. Sin embargo, en los años 2020 y 2021 ambos registraron enjambres sísmicos con miles de eventos pequeños y algunos de magnitud hasta 5.0. A esto se suma la presencia de la falla activa “Pacollo”, que cruza ambos volcanes, recordándonos que no se trata de montañas dormidas, sino de sistemas dinámicos con capacidad de sorprendernos.
Ante este escenario, el Instituto Geofísico del Perú (IGP) ha desplegado en la zona una red de estaciones para realizar estudios de tomografía sísmica. Esta herramienta permite identificar áreas de baja velocidad de propagación sísmica, asociadas a cámaras magmáticas o acumulaciones de fluidos, así como debilidades estructurales que ayudan a comprender por qué se producen los enjambres sísmicos. Complementa, además, la información obtenida previamente con estudios magnetotelúricos, ofreciendo una visión más completa del subsuelo.
¿Por qué es importante todo esto para el ciudadano común? Porque entender la dinámica interna de nuestros volcanes es clave para gestionar el riesgo. El conocimiento científico no se queda en los laboratorios: se traduce en mejores niveles de alerta, en planes de evacuación más realistas y en insumos técnicos para que las autoridades tomen decisiones oportunas. En una región donde las ciudades y las infraestructuras se expanden, ignorar lo que ocurre debajo de nuestros pies sería un error estratégico.
Los volcanes Casiri y Purupuruni nos recuerdan que el Perú es un país volcánico y sísmico, y que la ciencia es nuestra mejor aliada para convivir con estos gigantes. Invertir en investigación no es un lujo académico: es un seguro de vida para miles de peruanos. IGP aportando conocimiento científico para la gestión del riesgo de desastre, siempre realizando ciencia para protegernos, ciencia para avanzar.
Columna de opinión publicada en el diario Correo Arequipa