Columna de Opinión | Arequipa y sus guardianes de fuego

Nota Informativa
Por Katherine Vargas, vulcanóloga del IGP
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Fotos: IGP

Unidad Funcional de Comunicaciones

21 de agosto de 2025 - 11:03 a. m.

La historia de Arequipa no puede entenderse sin la presencia de sus volcanes. Desde tiempos ancestrales, estas montañas de fuego han marcado la vida, la cultura y el espíritu de la región. La identidad arequipeña se ha forjado bajo la mirada imponente de estos guardianes, protagonistas de mitos y leyendas que reflejan el respeto profundo de su pueblo. Esa conexión se expresa también en el arte y la música: como cantan los hermanos Dávalos, “…será mi alma asomándose a la vida, desde mi tierra querida, para ver a mi volcán”. La relación entre Arequipa y sus volcanes trasciende lo histórico y se convierte en un vínculo espiritual con su entorno natural.

Pero más allá de la poesía y las tradiciones, la realidad nos recuerda que Arequipa es la región con mayor número de volcanes activos y potencialmente activos del Perú. Allí se alzan el majestuoso Coropuna, los volcanes monogenéticos de Huambo y Andagua, el Sabancaya —en erupción continua desde noviembre de 2016— y, por supuesto, los siempre vigilados Misti y Chachani. Esta concentración convierte a la región en un escenario único, donde la belleza convive con riesgos latentes.

Ante esta riqueza volcánica, el Instituto Geofísico del Perú (IGP), a través del Centro Vulcanológico Nacional (CENVUL), cumple una tarea fundamental: vigilar permanentemente a estos gigantes en tiempo real. Como médicos de cabecera que siguen el pulso de sus pacientes. Con tecnologías de última generación: sismómetros que detectan los movimientos del magma; GNSS e inclinómetros que registran deformaciones milimétricas; cámaras térmicas y satélites que revelan cambios de temperatura; y campañas de campo para analizar gases y aguas, como parte de un chequeo clínico a cada volcán.

Gracias a este trabajo, el IGP puede anticipar oportunamente una erupción, como ocurrió con el Sabancaya. También hemos implementado proyectos innovadores, como el sistema de detección de lahares en el Misti “huaicos” que se activan en lluvias, incluso sin erupción. Asimismo, brindamos asesoría a municipalidades como Mariano Melgar, Miraflores y Paucarpata para que elaboren planes de contingencia, herramientas clave en la gestión del riesgo.

En este aniversario de la Ciudad Blanca, celebramos no solo su herencia volcánica, sino también el compromiso de la ciencia peruana que protege a Arequipa día a día. Porque los guardianes de fuego seguirán allí, imponentes e impredecibles, y frente a ellos, la ciencia del IGP continuará cumpliendo su misión: hacer ciencia para protegernos, ciencia para avanzar.


Columna de opinión publicada en el diario Correo Arequipa