Columna de opinión | 103 años del IGP: ¿por qué su historia es también la historia del Perú científico?

Nota Informativa
Por Hernando Tavera, jefe institucional del IGP
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Fotos: IGP

Unidad Funcional de Comunicaciones

18 de julio de 2025 - 12:37 p. m.


El conocimiento científico sobre la Tierra en el Perú nace junto con la historia del Instituto Geofísico del Perú (IGP). En la década de 1920, investigadores de la Carnegie Institution de Washington buscaron, cerca del ecuador, un lugar ideal para instalar estaciones magnéticas que les permitieran estudiar el campo magnético terrestre. Así llegaron a Huayao, en la provincia de Huancayo. Allí, en 1922, entró en operación el Observatorio Geomagnético de Huancayo, desde donde se realizaron pioneras observaciones del Sol, del campo magnético, de la atmósfera y del clima.


En 1946, el gobierno de Estados Unidos entregó el observatorio al Estado peruano, que lo rebautizó como Observatorio Geofísico de Huancayo. A partir de entonces, se expandieron las investigaciones en sismología y se inició una nueva etapa de desarrollo científico. Fue también durante esta época que el primer presidente ejecutivo del IGP, el Ing. Alberto Giesecke, tomó una decisión visionaria: enviar a 17 jóvenes peruanos al extranjero a estudiar doctorados en geofísica. A su regreso, estos científicos impulsaron la transformación institucional que culminó, en 1964, con la creación del Instituto Geofísico del Perú en Lima.


Ese mismo año, en cooperación con la Universidad de Cornell (EE. UU.), se inició la construcción del Radio Observatorio de Jicamarca, donde se instaló el radar ionosférico más grande del mundo (300 m x 300 m). Paralelamente, y gracias a la colaboración con la NASA, se construyó el Observatorio de Ancón, que formó parte de la red de rastreo satelital que hizo posible el aterrizaje del hombre en la Luna en 1969.


Ya en Lima, el IGP pasó a depender del Ministerio de Educación, fortaleciendo su rol como ente científico del Estado. En el marco del Año Internacional de la Geofísica (1957-1958), se instalaron las primeras estaciones sísmicas del país y, con apoyo de Francia, comenzaron los estudios geológicos sistemáticos del Perú.


Con su nueva ley de fortalecimiento (Ley N° 31733) del año 2023, el IGP amplió sus campos de acción: vulcanología, física oceánica, estudios del Fenómeno El Niño y movimientos de masa. En las últimas décadas, con respaldo del Estado, se creó el Observatorio Vulcanológico del Sur (Arequipa) y se modernizaron los observatorios de Huancayo, Jicamarca, Camacho y la sede central en Lima.


Actualmente, el IGP construye el Laboratorio Nacional de Instrumentación Geofísica, donde se impulsará el diseño de tecnología propia para el monitoreo del territorio. Más de 30 investigadoras e investigadores desarrollan estudios científicos en más de 40 líneas, organizadas en tres grandes áreas: Ciencias de la Atmósfera, Hidrosfera y Cambio Climático; Ciencias de la Tierra; y Ciencias del Geoespacio.


Hoy, tras 103 años, el IGP sigue generando ciencia para protegernos, ciencia para avanzar.


Columna de opinión publicada en el diario El Peruano