Columna de Opinión | Sabancaya: de naranja a amarillo
Nota InformativaPor Riky Centeno, vulcanólogo del IGP

Fotos: IGP
13 de mayo de 2025 - 11:16 a. m.
Tras ocho años de proceso eruptivo continuo, el volcán Sabancaya, ubicado en la provincia arequipeña de Caylloma, viene mostrando claros signos de disminución en su actividad. Este cambio ha llevado al Instituto Geofísico del Perú (IGP), entidad oficial encargada del monitoreo volcánico, a reducir el nivel de alerta de naranja a amarillo.
Esta disminución se refleja en la menor frecuencia e intensidad de explosiones, así como en la reducción de la altura y volumen de las emisiones de ceniza, lo cual estaría relacionado con un menor aporte de magma desde profundidades mayores.
Desde noviembre de 2016, cuando comenzó su erupción, el Sabancaya ha registrado más de 93 000 explosiones que han sido documentadas detalladamente por el IGP. Los datos sísmicos muestran una reciente disminución notable: de un promedio de 34 explosiones diarias detectadas durante los años 2023 y 2024, a menos de 3 explosiones por día antes de la segunda quincena del mes de febrero del presente año.
La última explosión con emisión de gases y cenizas ocurrió el 1 de febrero de 2025. Este descenso coincide con una menor deformación del edificio volcánico, que pasó de una tasa de 3 cm/año a menos de 1 cm/año, y con la desaparición de anomalías térmicas superficiales ligadas a la presencia de cuerpos de lava en superficie.
El sistema de monitoreo y protocolo sobre el nivel de alerta volcánica que maneja del IGP establece criterios de parámetros geofísicos específicos para cada nivel de actividad. En ese sentido, para mantener la alerta naranja, se requiere la persistencia de actividad explosiva moderada a alta, deformación de la superficie del volcán significativa, y emisiones constantes de cenizas y gases que alcancen alturas considerables (mayores de 1000 m). Actualmente, la actividad del Sabancaya no cumple con estos parámetros desde hace varios meses, por lo que el IGP ha determinado la disminución del nivel de alerta a color amarillo. Esta nueva clasificación indica que, si bien el volcán mantiene una mínima actividad interna, la probabilidad de ocurrencia de erupciones explosivas ha disminuido significativamente.
En este contexto, es importante destacar que este cambio no significa el abandono del monitoreo volcánico. Por el contrario, el IGP –como entidad adscrita al Ministerio del Ambiente- ha anunciado un fortalecimiento de sus sistemas de vigilancia para documentar esta fase de posible fin del proceso eruptivo, tan relevante científicamente como el inicio de la erupción. De esta manera, el IGP continúa realizando «ciencia para protegernos, ciencia para avanzar».
Columna de opinión publicada en diario Correo Arequipa
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