Columna de Opinión | Monitoreando los flujos de detritos (huaicos y lahares)

El Instituto Geofísico del Perú (IGP), en su constante afán por desarrollar tecnología al servicio de la sociedad, desarrolló el sistema de alerta inminente de huaicos instalado en las quebradas Ríoseco y Huaycoloro, en el distrito de Lurigancho, Chosica. Este sistema, creado por ingenieros y técnicos del IGP, ha ido perfeccionándose hasta convertirse en una herramienta robusta que fue clave durante el fenómeno de El Niño Costero en 2017.

Este sistema, compuesto por cuatro estaciones de monitoreo, permitió alertar a SEDAPAL con una anticipación de hasta 25 minutos sobre la ocurrencia de huaicos, permitiendo el cierre de compuertas de la atarjea para evitar que barro y piedras contaminen el agua que abastece a Lima. Además, las alertas se dirigen a las autoridades de los tres niveles de gobierno y el monitoreo se realiza en el Centro de Emergencias Nacional (COEN).

El sistema integra sensores de presencia y nivel, junto con cámaras ópticas que detectan el flujo, altura y ocurrencia del huaico. La información recolectada se procesa mediante un sistema embebido alimentado por baterías y paneles solares, y se transmite al centro de monitoreo a través de radioenlaces.

En su evolución, y gracias a un proyecto financiado por ProCiencia, se rediseñó el sensor de presencia, adaptándolo para alertar sobre lahares del volcán Misti en Arequipa. Este sistema opera con nueve estaciones distribuidas en seis quebradas, esperando eventos para validar su efectividad. También, con este diseño mejorado, se implementa un sistema en la quebrada Limón, en Canchaque, Piura, que está en proceso de instalación.

Además de proteger vidas y bienes, estos avances del IGP buscan consolidar un modelo replicable a nivel nacional. Así, se trabaja en identificar nuevas quebradas vulnerables, capacitar a comunidades y robustecer la infraestructura tecnológica. Este enfoque integral contribuye significativamente a la prevención de desastres, salvando vidas y asegurando recursos esenciales.

Asimismo, el IGP colabora activamente con gobiernos locales, promoviendo la instalación de sistemas similares en otras regiones. Estas iniciativas son complementadas con campañas de sensibilización comunitaria, que incluyen talleres educativos y simulacros, fomentando una cultura de prevención y respuesta temprana ante desastres.

A nivel internacional, el modelo peruano de alerta temprana ha despertado interés en países vecinos como Ecuador y Colombia, que enfrentan problemas similares relacionados con huaicos y lahares. Este intercambio de experiencias permite el perfeccionamiento constante del sistema y posiciona al IGP como líder en innovación tecnológica aplicada a la gestión de riesgos. IGP: Ciencia para protegernos, ciencia para avanzar.


Columna de opinión publicada en el diario El Peruano