Columna de Opinión | Sabancaya: 8 años de continua erupción
Nota InformativaPor Riky Centeno, vulcanólogo del IGP
Fotos: IGP
19 de noviembre de 2024 - 10:36 a. m.
En la noche del 6 de noviembre de 2016, el volcán Sabancaya inició un nuevo capítulo en la historia de las erupciones volcánicas del Perú. A las 8:40 p. m., el Instituto Geofísico del Perú (IGP) registró la primera explosión magmática de lo que se convertiría en uno de los episodios eruptivos más prolongados de nuestra historia volcánica reciente.
Ocho años después, el Sabancaya mantiene una actividad persistente que ha transformado tanto el paisaje regional como nuestra comprensión de los sistemas volcánicos andinos. El Centro Vulcanológico Nacional (CENVUL), el servicio oficial para la vigilancia volcánica en el Perú, implementado y operado por el IGP, ha mantenido un monitoreo constante y ha documentado meticulosamente cada cambio en el comportamiento de este coloso arequipeño.
Esta erupción sostenida ha proporcionado una oportunidad única para el avance científico. La formación de domos de lava, las emisiones de ceniza y gases, y los patrones sísmicos asociados han permitido desarrollar modelos más precisos de predicción y evaluación de peligros volcánicos. El monitoreo multiparamétrico que realiza el IGP, el cual integra desde sensores sísmicos hasta imágenes satelitales, ejemplifica cómo la tecnología moderna puede aplicarse eficazmente a la seguridad pública.
Las lecciones aprendidas durante estos ocho años son invaluables. Se ha confirmado que la vigilancia constante y la comunicación efectiva entre científicos, autoridades y comunidades son esenciales para la gestión del riesgo volcánico. La experiencia del Sabancaya ha fortalecido los protocolos de alerta temprana y mejorado la capacidad de respuesta ante emergencias volcánicas en todo el sur peruano.
El comportamiento del Sabancaya nos recuerda que habitamos una región geodinámicamente activa, donde la ciencia desempeña un papel crucial. Los avances en el monitoreo volcánico no solo han permitido una mejor comprensión de estos fenómenos naturales, sino que también han contribuido significativamente a la protección de miles de habitantes que conviven con el volcán.
Mientras el Sabancaya mantiene su actividad, continúa siendo una fuente invaluable de conocimiento científico y un desafío constante para nuestra capacidad de adaptación y respuesta ante los fenómenos naturales. La gestión exitosa de esta crisis prolongada demuestra que la inversión en ciencia y tecnología, combinada con una estrecha colaboración entre instituciones y comunidades, es fundamental para la reducción del riesgo volcánico en el Perú. IGP: «ciencia para protegernos, ciencia para avanzar».
Columna de opinión publicada en el diario Correo Arequipa
Columna de opinión publicada en el diario Correo Arequipa