Columna de Opinión | Ciencia para todos: el reto de comunicar

La comunicación científica es hoy más crucial que nunca. Vivimos en una época donde la información fluye y está al alcance de un clic, pero el acceso no garantiza comprensión. La avalancha de información técnica y compleja plantea un reto único: ¿cómo traducir conceptos científicos en mensajes claros y accesibles? La respuesta a esta necesidad recae en los comunicadores de la ciencia.

La tarea no es fácil. La comunicación científica requiere creatividad y precisión para lograr que un conocimiento técnico y especializado se presente de forma que todos puedan entenderlo. Adaptar este contenido implica conocer al público y traducirlo sin sacrificar rigor, pero sí eliminando el tecnicismo innecesario. Es en este delicado balance donde el comunicador científico demuestra su verdadera habilidad y responsabilidad.

Un comunicador científico no solo informa: empodera. Su labor contribuye a la formación de una ciudadanía más consciente y mejor informada sobre los avances y retos científicos. La ciencia tiene el potencial de mejorar nuestras vidas, pero, para lograrlo, debe ser comprendida. La comunicación científica eficaz ayuda a disipar mitos, fomenta la participación en la toma de decisiones en la gestión del riesgo de desastres.

En el Ministerio del Ambiente (MINAM), a través del Instituto Geofísico del Perú (IGP), asumimos esta visión con compromiso. Día a día, nos esforzamos por llevar el mensaje científico de una manera accesible a través de nuestras plataformas, siempre bajo nuestro lema: “Ciencia para protegernos, ciencia para avanzar”. La comunicación no es simplemente un complemento de la investigación; es el puente entre la ciencia y la sociedad. A través de la página web y redes sociales del IGP, buscamos que conceptos tan complejos como la geofísica, sismología, deformación cortical, física atmosférica, física de los océanos, paleoclima, sedimentación, zonificación de suelos, vulcanología, fenómeno El Niño, cambio climático y desarrollo tecnológico sean comprensibles para que cualquier persona pueda entender y participar en el avance del conocimiento, sin perder de vista el rigor científico.

El trabajo de los comunicadores de la ciencia es un servicio a la claridad, a la verdad y, sobre todo, a la sociedad. Hoy más que nunca, el papel del comunicador es esencial, porque de él depende que la ciencia, ese vasto y fascinante mundo, esté realmente al alcance de todos. Gracias a esta labor, el conocimiento científico se convierte en una herramienta para protegernos y avanzar juntos.