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Nota InformativaEvidencia científica de una extensa fijación de nitrógeno (N) por rayos volcánicos durante erupciones explosivas muy grandes
Fotos: IGP
2 de setiembre de 2024 - 2:30 p. m.
El Ministerio del Ambiente (Minam), a través del Instituto Geofísico del Perú (IGP), publicó recientemente un estudio sobre la evidencia cientifica de una extensa fijación de N por rayos volcánicos durante erupciones explosivas muy grandes. Este artículo fue publicado en la prestigiosa Revista Científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y cuenta con la autoría del Dr. Marco Rivera, investigador científico del IGP.
El estudio se centra en el hecho de que la mayor parte del nitrógeno (N) accesible para la vida está atrapado en el dinitrógeno (N₂), la molécula atmosférica más estable. Para ser metabolizado por los organismos vivos, el N₂ debe convertirse en formas biológicamente asimilables, conocidas como N fijado.
En la actualidad, casi todo el N fijado se consigue mediante procesos biológicos y antropogénicos. Sin embargo, en los primeros entornos prebióticos de la Tierra, la fijación del N debió producirse a través de procesos abióticos naturales, uno de los procesos más invocados son las descargas eléctricas, incluidas las de las tormentas eléctricas y los rayos asociados a las erupciones volcánicas.
A pesar de la frecuente aparición de rayos volcánicos durante las erupciones explosivas y de la convincente experimentación en laboratorio, no se han encontrado pruebas de una fijación sustancial del N en ningún archivo geológico. Aquí, informamos del descubrimiento de una cantidad significativa de nitrato en depósitos volcánicos de erupciones neógenas formadoras de calderas, que están bien correlacionadas con las concentraciones de especies directamente emitidas por los volcanes (azufre, cloro).
La composición multiisotópica (δ¹⁸O, Δ¹⁷O) de los nitratos revela que proceden de la oxidación atmosférica de óxidos de nitrógeno formados por los rayos volcánicos. Según estos primeros archivos geológicos de nitratos volcánicos, estimamos que, en promedio, pueden fijarse unas 60 Tg de N durante un gran evento explosivo. Nuestros hallazgos apuntan a un papel único potencialmente desempeñado por las erupciones explosivas subaéreas en el suministro de ingredientes esenciales para la aparición de la vida en la Tierra.
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