En Tarma, emprendedores visionarios producen semilla de papa nativa de alta calidad que multiplican cosechas y ganancias

Adderly Limaymanta Chagua, Jordan Limaymanta Chagua, Jhonatan Solano Chuco, Eder Villugas y Elvia Mellado Cuellar, emprendedores visionarios de la provincia de Tarma, en la región Junín, decidieron apostar por la producción y comercialización de semillas de papa nativa pre básica y básica de alta fertilidad que llega a triplicar las cosechas y las ganancias.

Esto fue posible con el financiamiento y la asistencia técnica del proyecto Haku Wiñay del Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social-Foncodes, programa nacional del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social-Midis.

Los integrantes del emprendimiento “San Juan Bautista”, ubicado en el centro poblado San Juan de La Libertad, distrito de Huasahuasi, hoy están agrupados en la Asociación de Productores Agropecuarios Calla, para atender en conjunto los pedidos de los agricultores en época de siembra.

La historia se remonta al año 2016, cuando un grupo de jóvenes productores de papa, al ver el bajo rendimiento en la cosecha del tubérculo en su comunidad, a pesar de usar agroquímicos, toman la iniciativa de mejorar la calidad con plántulas de papa in vitro, libres de plagas y enfermedades. Los resultados fueron excelentes y, fruto de ello, la recompensa llegó en el año 2021, al resultar ser los ganadores en la categoría “agrícola” del IV Concurso Nacional de Emprendimientos Rurales Inclusivos del Proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai.

“Foncodes, con el proyecto Haku Wiñay, nos ha dado la posibilidad de innovar. Y hoy, vendemos semillas de papa certificada por Senasa. Estamos muy contentos al ser referentes en la región, ya que Huasahuasi es llamada ‘capital semillera de papas’”, refiere Eder Hidalgo, vicepresidente de la Asociación de Productores Agropecuarios Calla.

Disponen de dos invernaderos con riego tecnificado, implementados con fondos concursables de Haku Wiñay, en donde producen plántulas de papa, luego al convertirse en tuberculillos lo siembran y obtienen semilla de alta calidad, que es vendida a los pequeños agricultores de Tarma, Huancayo, Huancavelica y otras zonas.

Los tuberculillos lo siembran en terrenos preparados con abonos orgánicos (compost y biol) y con la técnica adaptadas tras la asistencia técnica de Haku Wiñay. Esto ha hecho que mejoren sus ingresos económicos, pues, antes le pagaban a lo mucho 0.60 céntimos de sol por kilo; en cambio, ahora su valor ha subido a 3.5 soles.

Actualmente, tienen semillas de variedades de papa de color y blanca. Para el año 2023 tendrán semillas de las categorías básica, registrada y certificada. Y en el 2024 apuntan a ser referentes en la producción y comercialización de semillas de papa en la región Junín. Por ello, están invirtiendo en la producción de semillas con mayor requerimiento en el mercado: única, yungay, peruanita, huayro e ishkupuro.

Adderly Limanmayta Chagua, presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios Calla, señala que antes los cultivos de papa no eran manejados técnicamente, por eso los intermediarios pagaban miserias. Felizmente eso va cambiando con la intervención de Foncodes.

“Crecimos y vivimos de la papa, y gracias al proyecto Haku Wiñay podemos educar y alimentar a nuestros hijos. Antes, no tenían unas zapatillas para jugar a la pelota y hoy podemos comprarlas, y así estamos mejorando nuestra forma de vida”, comenta.

La intervención de Foncodes con el proyecto Haku Wiñay ha permitido tecnificar y fortalecer la producción de papa certificada. Por ejemplo, si antes un agricultor en una hectárea de terreno producía 10 toneladas de papa, ahora obtiene entre 30 a 40 toneladas y, por consiguiente, crecen sus ingresos económicos.

Desde el 2012 a la fecha, Foncodes contribuyó al surgimiento de más de 14 000 emprendimientos agropecuarios, agroindustriales, artesanales y de servicios en 22 regiones del país, en los que trabajan alrededor de 55 mil familias.