Con el “ayni” y la “minka” familias rurales le hacen frente a la pobreza

Nota de prensa
Noticias Internas de Foncodes

24 de junio de 2020 - 12:00 a. m.

Son usuarios del proyecto Haku Wiñay de Foncodes, programa nacional del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social – Midis

El trabajo comunitario y la solidaridad son prácticas ancestrales que preservan las familias usuarias del proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai de Foncodes, programa nacional del Midis, y lo replican en el contexto actual en muchas de sus actividades desarrolladas en el campo en los 1,825 centros poblados de 480 distritos, ubicados en 145 provincias de 23 departamentos país.

Durante la implementación de tecnologías productivas y emprendimientos rurales inclusivos, las familias se organizan y trabajan en forma colectiva, buscando el bien común y el progreso comunitario, como lo hacían las culturas ancestrales pre incas e inca.

Las familias cultivan hortalizas, siembran tubérculos y granos en parcelas con riego tecnificado, preparan y usan abonos orgánicos (compost, biol y bocashi), crían técnicamente cuyes y gallinas en galpones, tienen sus viviendas ordenadas, consumen agua segura y hacen uso de cocinas mejoradas a leña, evitando la contaminación por humos al interior de las viviendas.

Asimismo, organizadas y asociadas conducen emprendimientos como crianza de cuyes, gallinas, cerdos y ovinos, producción de derivados lácteos (yogurt, queso y mantequilla), cultivo de flores, café y cacao; también artesanías, carpintería, panadería o servicios gastronómicos y otros de libre elección. Esta es una estrategia que les permite generar más ingresos familiares.

Estos hogares residen en comunidades rurales de Amazonas, Apurímac, Ayacucho, Áncash, Arequipa, Cajamarca, Cusco, Huánuco, Huancavelica, Junín, Ica, Loreto, La Libertad, Lambayeque, Madre de Dios, Moquegua, Pasco, Puno, Piura, Tacna, Ucayali, San Martín y la sierra de Lima.

Desde el año 2012, se han invertido S/ 1,143 millones en el desarrollo de proyectos productivos que han permitido atender a 245 mil 518 hogares, los cuales fortalecen sus capacidades productivas y la gestión de emprendimientos, contribuyendo así a la mejora de la seguridad alimentaria y a la diversificación de sus fuentes de ingresos que les permita tener un mejor nivel de vida.

El Midis a través de Foncodes con el proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai, interviene con un enfoque intercultural, estimulando las prácticas ancestrales como el ayni y la minka, contribuyendo así a preservar la organización social de las comunidades.

Participación comunitaria

En efecto, Haku Wiñay/Noa Jayatai opera con el modelo de gestión Núcleo Ejecutor, creado por Foncodes hace 29 años, que se inspira y sustenta en dos prácticas andinas ancestrales: el ayni, es decir, la ayuda mutua o apoyo recíproco entre las familias; y la minka, el trabajo comunitario o cooperativo con fines sociales. Es decir, propicia la participación comunitaria.

En este caso, el Núcleo Ejecutor representa a la población usuaria del proyecto, y se encarga de administrar los fondos transferidos por Foncodes para la compra de bienes (insumos, equipos) y para la contratación de servicios (profesionales y técnicos). Los recursos económicos no gastados son devueltos al tesoro público.

Foncodes capacita y brinda asistencia técnica a los Núcleos y supervisa la marcha del proyecto. Destaca la alta vigilancia social que fomenta su modelo participativo, así como su contribución a la generación de capital social y la formación de liderazgos comunales.

“Vamos a Crecer”

Haku Wiñay (“Vamos a Crecer” traducido del quechua al español), y Noa Jayatai (en idioma shipibo-conibo tiene igual significado). Ambos vocablos en idiomas nativos explican el propósito que se busca para las familias en situación de pobreza; eso es, salir de esa condición en base al trabajo comunitario, heredado de las culturas pre incas e inca.

Este proyecto productivo interviene por un periodo de tres años, teniendo como aliados al Gobierno Local y otras instituciones públicas y organizaciones presentes en el territorio.

El éxito del proyecto depende mucho de la labor del yachachiq (“el que sabe y enseña”, en español), bajo la metodología de capacitación “de campesino a campesino”.

Miércoles, 24 de junio de 2020

Unidad de Comunicación e Imagen