Pareja de asegurados se enamoran en el Centro del Adulto Mayor de San Isidro y hoy celebran juntos el día del amor

Muchas veces la palabra "amor" se asocia a juventud. Pero, también se ama en la tercera edad, como es el caso de Martha y Fernando, quienes se conocieron y enamoraron en el Centro del Adulto Mayor (CAM) de San Isidro. Ambos jubilados, viudos, con hijos, con nietos y hasta bisnietos, decidieron darse una oportunidad en el amor y el pasado 30 de diciembre cumplieron 10 años juntos.

Es así, que en una reunión familiar le aconsejaron a Fernando que se inscriba al CAM porque dictaban talleres que podrían ser de su agrado.

Por otro lado, Martha ingresó en enero del 2012 porque una amiga del colegio le recomendó que asista al CAM para que pueda realizar las manualidades que tanto le gustaban.

Sin embargo, sus vidas se juntaron cuando ambos fueron a un paseo organizado por este Centro del Adulto Mayor y cruzaron miradas, ocasionando una atracción. A partir de ese momento, comenzaron a frecuentarse más y ambos buscaron la manera de asistir a las mismas actividades para compartir tiempo juntos.

“Al comienzo me daba vergüenza, cuando Fernando me quería tomar de la mano, yo le decía que no”, relata Martha.

A veces, estas relaciones se ven afectadas por las críticas y poca comprensión desde el punto de vista familiar. No obstante, ellos contaban con el respaldo de sus familias ya que los hijos de ambos estaban de acuerdo con su relación.

Hasta que llegó la pandemia y dentro de lo malo que significó para todos estar encerrados, para ellos conllevó a una decisión importante: la convivencia. “Nuestros hijos aprobaron que debíamos vivir juntos y aquí estamos”, nos cuenta Fernando.

Enamorarse y conocer a una persona con la que estás cada día es una sensación increíble que siempre se busca, independientemente de la edad. Por ello, nunca es tarde para encontrar el amor. Prueba de ello es la relación de Martha y Fernando, quienes se respetan, se valoran y están muy enamorados. “Para nosotros la edad no existe. Tenemos el espíritu alegre, joven” nos describe Fernando con brillo en los ojos.

El amor es así y lo encuentras donde menos te lo esperas. En el caso de los adultos mayores buscan encontrar un compañero de vida en una relación amorosa, donde los hijos son grandes y forman su propia familia, teniendo más tiempo para ellos mismos. “Yo a Fernando lo amo mucho. De él he aprendido muchas cosas. Soy feliz y me considero una mujer bendecida con toda la vida que tengo” concluye Martha.

De esta manera, nuestros protagonistas en esta linda historia de amor disfrutan de sus actividades favoritas y viven sin preocupaciones, gozando de buena salud con estilos de vida sanos que los lleva a una mejor calidad de vida en esta etapa de sus vidas.