Más de un siglo de encanto: Ernestina es la paciente más longeva del Centro Nacional de Salud Renal de EsSalud
Nota de prensaAcaba de celebrar su cumpleaños 102 y sigue tratamiento de diálisis.



Fotos: EsSalud
5 de setiembre de 2025 - 2:35 p. m.
Guapa, como luce siempre en cada cita, y al cadencioso ritmo de sus zapatos de pequeños tacos, Ernestina Díaz entra a paso firme y coqueto al Centro Nacional de Salud Renal de EsSalud, en Jesús María, con esa mezcla única de garbo y experiencia que la hace especial.
Ella es la paciente más longeva del centro y esta vez su ingreso es distinto. Sus familiares y el personal asistencial y administrativo la reciben cantándole el tradicional “Feliz cumpleaños”, en honor a sus 102 años recientemente cumplidos y a la vitalidad que irradia e inspira.
Debido a su enfermedad renal crónica, Ernestina Díaz Lavalle recibe tratamiento de diálisis tres veces por semana, y se encuentra en perfectas condiciones, pese a su hipertensión y a tener un marcapaso. Desde que hace cuatro años le diagnosticaron insuficiencia renal crónica, acude cada martes, jueves y sábado, siempre hermosa y caminando por sus propios medios, a una clínica contratada por EsSalud, en San Juan de Lurigancho.
Así como a Ernestina, EsSalud atiende a adultos mayores que requieren atención médica permanente, y quienes contribuyeron con su trabajo y valores al desarrollo del país.
“Acabo de cumplir 102 años. Tengo seis hijos, 15 nietos, 18 bisnietos y tres tataranietos. Soy la segunda hija de ocho hermanos: tres hombres y cinco mujeres. Ahora solo quedo yo y agradezco a Dios que me siga dando vida”, narra Ernestina con un brillo nostálgico en sus ojos, esos que han visto pasar más de un siglo de la historia del Perú.
Por su parte, el presidente ejecutivo de EsSalud, Dr. Segundo Acho Mego, se declaró admirador de la valentía de Ernestina y felicitó el trabajo de los profesionales de la salud del Centro Nacional de Salud Renal. “Nos sentimos orgullosos. Tener a Doña Ernestina en vida significa fortaleza, esperanza, lucha por la familia”, manifestó.
Actitud positiva
Ella es la paciente más longeva del centro y esta vez su ingreso es distinto. Sus familiares y el personal asistencial y administrativo la reciben cantándole el tradicional “Feliz cumpleaños”, en honor a sus 102 años recientemente cumplidos y a la vitalidad que irradia e inspira.
Debido a su enfermedad renal crónica, Ernestina Díaz Lavalle recibe tratamiento de diálisis tres veces por semana, y se encuentra en perfectas condiciones, pese a su hipertensión y a tener un marcapaso. Desde que hace cuatro años le diagnosticaron insuficiencia renal crónica, acude cada martes, jueves y sábado, siempre hermosa y caminando por sus propios medios, a una clínica contratada por EsSalud, en San Juan de Lurigancho.
Así como a Ernestina, EsSalud atiende a adultos mayores que requieren atención médica permanente, y quienes contribuyeron con su trabajo y valores al desarrollo del país.
“Acabo de cumplir 102 años. Tengo seis hijos, 15 nietos, 18 bisnietos y tres tataranietos. Soy la segunda hija de ocho hermanos: tres hombres y cinco mujeres. Ahora solo quedo yo y agradezco a Dios que me siga dando vida”, narra Ernestina con un brillo nostálgico en sus ojos, esos que han visto pasar más de un siglo de la historia del Perú.
Por su parte, el presidente ejecutivo de EsSalud, Dr. Segundo Acho Mego, se declaró admirador de la valentía de Ernestina y felicitó el trabajo de los profesionales de la salud del Centro Nacional de Salud Renal. “Nos sentimos orgullosos. Tener a Doña Ernestina en vida significa fortaleza, esperanza, lucha por la familia”, manifestó.
Actitud positiva
Ella se somete con la mejor actitud posible a la diálisis, el tratamiento médico para la insuficiencia renal que limpia la sangre eliminando los productos de desecho y el exceso de líquido, haciendo lo que los riñones ya no pueden hacer.
Ernestina relata que nació en Surco viejo el 15 de agosto de 1923, pero fue asentada varios días después, tal como era la costumbre en ese entonces, una época en la que esa zona de Lima estaba cubierta de muchas chacras y casas de campo.
“Tuve una infancia muy feliz ayudando a mi papá en la chacra que teníamos. Mi padre falleció muy joven y desde los 10 años trabajé en casas de gente adinerada como ayudante de cocina y de lavandería hasta que, a los 24 años, conocí a mi esposo, Víctor Zelayarán, con quien tuve 6 hijos, a quienes saqué adelante con mucho esfuerzo y trabajo duro. Me siento bendecida, porque todos son buenos y tienen muchos valores”, dice Ernestina, emocionada.
Siempre con la Seguridad Social
Ernestina relata que nació en Surco viejo el 15 de agosto de 1923, pero fue asentada varios días después, tal como era la costumbre en ese entonces, una época en la que esa zona de Lima estaba cubierta de muchas chacras y casas de campo.
“Tuve una infancia muy feliz ayudando a mi papá en la chacra que teníamos. Mi padre falleció muy joven y desde los 10 años trabajé en casas de gente adinerada como ayudante de cocina y de lavandería hasta que, a los 24 años, conocí a mi esposo, Víctor Zelayarán, con quien tuve 6 hijos, a quienes saqué adelante con mucho esfuerzo y trabajo duro. Me siento bendecida, porque todos son buenos y tienen muchos valores”, dice Ernestina, emocionada.
Siempre con la Seguridad Social
Cuando tenía 39 años, en 1962, ella postuló con éxito a un puesto de trabajo en el departamento de Dietoterapia – Nutrición del Hospital Edgardo Rebagliati, entonces llamado Hospital del Empleado. “Siempre me gustó mi trabajo. Era muy responsable y, con mucho amor, me dediqué mucho a mis pacientes. Recuerdo con mucha satisfacción que mi trabajo fue reconocido y hasta recibí un diploma en el auditorio principal”, recordó Ernestina.
Al cumplir los 70 años se jubiló y ahora goza de una pensión. “Agradezco a Dios por todo lo que me ha dado en esta vida y al Seguro Social que me permitió desarrollarme como profesional. Ahora como paciente sigo agradecida porque me están atendiendo bien“, finaliza la querida paciente del Centro Nacional de Salud Renal de EsSalud.
Al cumplir los 70 años se jubiló y ahora goza de una pensión. “Agradezco a Dios por todo lo que me ha dado en esta vida y al Seguro Social que me permitió desarrollarme como profesional. Ahora como paciente sigo agradecida porque me están atendiendo bien“, finaliza la querida paciente del Centro Nacional de Salud Renal de EsSalud.