Discurso de la señora Presidenta de la República en Sesión Protocolar del Consejo Permanente de la OEA

Discurso
Mensaje ofrecido en la fecha por la señora Presidenta de la República, Dina Boluarte, en Sesión Protocolar del Consejo Permanente de la OEA.
Mensaje ofrecido en la fecha por la señora Presidenta de la República, Dina Boluarte, en Sesión Protocolar del Consejo Permanente de la OEA.

26 de enero de 2023 - 11:01 a. m.


 
Señor Presidente del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos,
 
Señoras y señores Representantes Permanentes e Interinos,
 
Señor Secretario General Adjunto,
 
Señoras y señores Observadores Permanentes,
 
Agradezco la disposición de la presidencia del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos para dirigirme a las hermanas naciones de nuestra organización con las que nos unen lazos de amistad, cooperación y respeto mutuo forjados a lo largo de nuestra historia común.  Deseo extender también un saludo y reconocimiento a los jefes y jefas de Estado y de Gobierno de las Américas que, como expresión de ese arraigado espíritu de amistad y solidaridad con el pueblo peruano, han expresado su sincera y profunda preocupación por los lamentables sucesos que desafortunadamente han cobrado la vida de un número importante de mis compatriotas, dejando a muchas familias en el más profundo dolor, el cual hago mío. Como mujer peruana, provinciana, proveniente de una familia quechuahablante, y como madre, no puedo estar lejos del sufrimiento originado por estas irreparables pérdidas de vidas que no pueden quedar impunes. 
 
“Más derechos para más gente” reza el lema de la Organización de los Estados Americanos el cual, más allá de las palabras, encierra un contenido muy profundo sobre las inmensas tareas que los Estados Miembros tenemos por delante y el desafío que la hora presente nos plantea. Ese lema es más latente aún en el Perú donde, a pesar de la estabilidad macroeconómica de las últimas décadas, no se han logrado resolver las profundas brechas de pobreza y desigualdad, históricamente postergadas, lo que sigue siendo nuestra gran asignatura pendiente. 
 
En consonancia con ese espíritu, el Perú albergó la Asamblea General de nuestra organización en octubre último bajo el lema “Juntos contra la desigualdad y la discriminación” que grafica una necesidad de la sociedad y un deber del Estado. Jorge Basadre, nuestro gran historiador, nos hablaba del Perú como problema, pero también como posibilidad.  Y a pesar de la promesa aún no cumplida, el nuestro es un país de ensueño, de una rica multiculturalidad, de una herencia milenaria, y con un pueblo volcado al trabajo, que no se rinde ni se doblega. Por todo ello y por ser los herederos de una cultura que viene de atrás soy consciente del legítimo derecho de las peruanas y los peruanos que sienten que el Estado, en su sentido más amplio y en todas sus instancias, nacional, regional y local, y desde sus tres principales poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, no ha podido en más de 200 años de vida republicana concretar esa promesa de la que hablaba Basadre. Este legítimo derecho de protesta, no obstante, no puede significar que se permita socavar las bases de la institucionalidad democrática y de la convivencia pacífica entre peruanos. 
 
Como bien conoce este Consejo Permanente, asumí la Presidencia de la República el 7 de diciembre de 2022 como consecuencia de una sucesión presidencial constitucional, luego que se produjera un intento de golpe de estado en el que el entonces presidente Pedro Castillo ordenó a la fuerza pública, en cadena nacional de televisión, disolver inconstitucionalmente el Congreso de la República e intervenir el Poder Judicial, el Ministerio Público, el Tribunal Constitucional y la Junta Nacional de Justicia. Después solicitó al Comandante General de la Policía Nacional que detuviera a la Fiscal de la Nación. 
 
Haciendo uso de sus facultades constitucionales el Congreso declaró la vacancia del entonces Presidente Castillo, quien luego fue detenido en flagrancia y puesto a disposición del juez, quien dispuso su prisión preventiva por la presunta comisión del delito de rebelión. De haber prosperado la intentona golpista, señoras y señores, el Perú hoy estaría sumido en una dictadura.
 
Es en esta delicada coyuntura que, como Primera Vicepresidenta de la fórmula presidencial, me correspondió asumir la sucesión constitucional y presidir un gobierno de transición que busca un consenso con todas las fuerzas políticas y sociales para sacar adelante a nuestro país en ese difícil trance. Consiente de mi responsabilidad ante la historia, en esas circunstancias, presenté al Congreso de la República al inicio de mi administración un proyecto de ley para adelantar las elecciones generales con miras a que el pueblo peruano renueve a sus autoridades con la más amplia apertura democrática, y porque en estas marchas de protesta están indicando adelanto de elecciones. Es en esa mirada de país que, a iniciativa propia del gobierno, hemos presentado esta iniciativa legislativa ante el Congreso de la República.
 
Estamos decididos a concretar ese compromiso para brindar a los más de 33 millones de peruanos la oportunidad de decidir su destino, tarea en la cual deben participar todas las fuerzas políticas y sociales, pues está en juego el futuro y la estabilidad de nuestro país. 
 
Asumimos esta tarea guiados por nuestra profunda vocación de paz y solidaridad y por nuestra firme adhesión a los valores y principios de la Carta de la OEA, y a los 4 pilares fundamentales que la sustentan: el respeto y promoción de los derechos humanos, la defensa y el fortalecimiento de la democracia, la seguridad multidimensional y el desarrollo integral de nuestros pueblos.
 
La OEA es el foro político, jurídico, social y de cooperación hemisférica por excelencia en el que el diálogo, la concertación y la buena vecindad deben primar sobre cualquier otra diferencia entre los Estados Miembros con miras a la acción colectiva y efectiva frente a los desafíos comunes. Es por ello que mi gobierno reconoce la significativa labor que ha realizado la OEA a través de las misiones de observación electoral y las misiones especiales de seguimiento a la estabilidad democrática. 
 
Asimismo, reconocemos la infatigable labor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que últimamente ha visitado nuestro país, en dos oportunidades, por invitación de mi gobierno. Igualmente, se invitó al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, habiéndose recibido una visita de su enviado especial, señor Christian Salazar, Director de la División de operaciones y cooperación técnica. Para estas importantes y valiosas visitas de estas misiones, el Perú ofreció y desplegó las mayores facilidades y su plena cooperación en aras de concretar sus actividades con la finalidad de que puedan acercarse a todos los actores públicos, privados y organizaciones de la sociedad civil y recibir de diversas fuentes el contexto político y social del Perú. De igual manera, hoy, 25 de enero, el Perú participa en Ginebra en su Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, espacio en el que se compartirán las políticas en favor del cumplimiento de sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos.
 
La democracia es el pilar esencial de nuestra organización y hoy quiero confirmar ante este Consejo Permanente la adhesión del Perú a los principios que ésta representa, incluyendo de modo especial el ejercicio de las libertades ciudadanas y el derecho de todo peruano y peruana a participar en la vida institucional del país.  El Perú ve con suma preocupación que en la región se vienen produciendo una serie de sucesos promovidos por movimientos autoritarios de diversa índole que buscan asediar a los procesos políticos institucionales democráticos, al poder emanado del pueblo, a la separación de poderes y al ejercicio de la autoridad legítimamente constituida. Estoy segura que los Ilustres Gobiernos que nos acompañan hoy comparten este sentir y espero que sean solidarios frente a la difícil situación institucional por la que atraviesa el Perú.
 

Con el mismo énfasis quiero reafirmar la voluntad y el compromiso de mi gobierno, que, reitero, es de transición, de promover y respetar los derechos humanos. Nos duele profundamente, que en el marco de las recientes manifestaciones en diversas partes del país se hayan perdido las vidas irreemplazables de un número importante de compatriotas y que se puedan haber producido afectaciones a esos derechos. Esperamos que la justicia siga su curso y establezca responsabilidades. 
 
Es necesario señalar también que, además de la dolorosa pérdida de vidas humanas y de los heridos, se han producido cuantiosos daños a la propiedad pública y privada en diversas regiones del país, y daños a la infraestructura de aeropuertos, carreteras y ambulancias que en trayecto a los hospitales han sido atacados o han estado en las carreteras por kilómetros bloqueadas

Los bloqueos y los actos de violencia han generado pérdidas por más de 2 millones de soles en el país, sin contar los daños a la infraestructura que aproximadamente llegan a los 3 mil millones. Casi un centenar de sedes institucionales públicas, así como 13 dependencias policiales han sido incendiadas y dañadas, 3 aeropuertos del país han sufrido ataques, y como consecuencia de ello las operaciones están suspendidas. Más de 240 mil empresas fueron afectadas, de las cuales la gran mayoría son micro y pequeña empresa, perjudicando a miles de familias de emprendedores y trabajadores.

Cerca de 70 centros infantiles han sido cerrados, afectando la atención a miles de niños y niñas en diversas regiones del sur del país. Los bloqueos de carreteras impiden el traslado de alimentos, medicinas, químicos para potabilizar el agua, y es nuestra población la que sufre. Miles de maestras y maestros que aspiraban a un ascenso en la carrera pública magisterial y a nombramiento se han visto perjudicados al postergarse dichos procesos

Si bien respetamos y defendemos el legítimo derecho a la protesta pacífica, es cierto también que el Estado tiene el deber de velar por la seguridad y el orden interno. Mi gobierno actuará siempre en el marco de las facultades que le concede la Constitución y las leyes para defender la vida, la salud y la integridad de todas y todos los peruanos. No nos podemos desviar de ese objetivo. 

Como he manifestado, de haberse cometido excesos en el uso de la fuerza para el restablecimiento del orden interno, ello viene siendo investigado y serán llevados ante la justicia quienes resulten responsables.  Asimismo, mi gobierno ha creado una comisión multisectorial que apoyará a los familiares de los fallecidos y heridos con un enfoque integral.

Señor Presidente:

Quiero expresar mi reconocimiento al sistema interamericano de derechos humanos que constituye una base importante para nuestra convivencia civilizada y para afirmar el deber de cada Estado Miembro de respetar los derechos humanos como una obligación jurídica y moral. Al hablar de derechos humanos es indispensable referirnos a la necesidad de incluir a más segmentos de nuestra población, aquellos que, a pesar de sus importantes contribuciones al desarrollo histórico de nuestros pueblos continúan marginados de los derechos tanto civiles y políticos, como económicos, sociales, culturales y ambientales que les reconocen las leyes internacionales y nacionales.
 
Quiero hacer especial referencia a nuestros pueblos originarios, con los cuales me identifico, y a quienes deseo enviar un saludo fraterno desde esta tribuna: ustedes son la gran fuerza que necesitamos incorporar para lograr el desarrollo con equidad. Ustedes, cuya contribución al desarrollo nacional merece ser justamente valorada, al igual que su fortaleza que nos ha permitido sobrellevar grandes retos, como la fase más dura de la pandemia del COVID 19, cuando continuaron trabajando y produciendo en el campo y llevando alimentos a la mesa de todos los hogares.
 
El Perú es un país comprometido con el sistema interamericano y ha aportado decididamente a su desarrollo y a la generación de consensos a nivel hemisférico, contribuyendo con misiones electorales y cumpliendo, hace veintiún años, un rol muy importante en la gestación de la Carta Democrática Interamericana, entre otras importantes iniciativas. En esta misma línea, el Perú ha asumido el 1ro del presente mes de enero la Presidencia del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral - CIDI -, encargo desde el cual seguiremos promoviendo el activo diálogo e intercambio para el desarrollo integral de nuestros pueblos. 
 
En este contexto, compartimos con todos los Estados Miembros la misma preocupación en una gran tarea que tenemos por delante que es la lucha contra la corrupción y los grandes flagelos del crimen organizado transnacional como el narcotráfico, el lavado de activos, la minería ilegal y la trata de personas. Es muy importante que continuemos sin tregua ni pausa nuestra lucha contra esas amenazas que constituyen, del mismo modo, una fuente importante de desestabilización de la institucionalidad democrática y del Estado de derecho, como estamos siendo testigos en mi país. 
Señoras y señores, el Perú atraviesa por una situación compleja. La democracia peruana, el Congreso y el conjunto de las instituciones nacionales que la representan respondieron con firmeza y convicción al fallido golpe de Estado que dio el entonces presidente Pedro Castillo. La crisis política que atraviesa el Perú puede transitar por el derrotero de la violencia, la muerte y la destrucción; o puede resolverse en paz, con diálogo, en democracia. De la manera que la OEA y nuestra región han privilegiado siempre, a través de elecciones libres, democráticas y con todas las garantías para que las ciudadanas y ciudadanos en el recinto electoral sean quienes decidan sin injerencias ni violencia el futuro del Perú. Creo que el Perú tiene derecho a tejer su propia historia.
 
He escuchado con atención las intervenciones de mis colegas en la CELAC, les agradezco las muestras de solidaridad con el Perú, con los peruanos, con las víctimas de la violencia, pero quiero también preguntar a algunos de mis colegas: ¿Qué salida están planteando frente a la crisis en el Perú? ¿La salida de la violencia?, ¿o la salida de la paz y la democracia?
 
He solicitado al Congreso aprobar lo antes posible el adelanto de elecciones y espero sinceramente que los países amigos de la región apoyen la única salida posible a la crisis que es, a la vez, pacífica, constitucional y consistente con la tradición de la OEA y de la región. Ayuden al Perú a encaminar su destino a través de elecciones libres. Las elecciones que he pedido al Congreso que se aprueben con la mayor prontitud. 
 
Yo voy a cumplir con mi obligación con el Perú, y mi obligación consisten en garantizar que los peruanos puedan ejercer libremente el derecho que tiene a decidir el futuro del país con su voto. No voy a rendirme ante grupos autoritarios que quieren imponer salidas que no forman parte de nuestro ordenamiento constitucional ni de la tradición democrática que esta organización cultiva con tanto celo. Elecciones libres, democráticas y con todas las garantías de la observación de la OEA, de la comunidad internacional y de los amigos del Perú. Ese es el derrotero de salida a la crisis.
 
Finalmente, deseo agradecer a cada uno de los gobiernos americanos, de los Estados Observadores, y muy especialmente a Su Santidad el papa Francisco, por haber expresado su preocupación por la situación de la gobernabilidad democrática y los derechos humanos en nuestro país y haber extendido sus condolencias a las familias de los fallecidos. Asimismo, sus oraciones para que cesen los actos de violencia y el ánimo para emprender el camino del diálogo, que tanto desea mi Gobierno. Las palabras del santo padre reconfortan nuestro espíritu y nos fortalecen para continuar frente a los desafíos del futuro inmediato. 
 
Lo anterior ratifica que el Perú no está solo en estos momentos difíciles que vivimos y que podremos seguir contando con su apoyo como en el pasado. Al Perú le costó mucho recuperar su institucionalidad democrática. Es nuestro deber defenderla y reforzarla, garantizando el respeto a los derechos humanos de todas y todos los peruanos, y asegurar una transición constitucional democrática a las próximas autoridades que sean elegidas.
 
Invocamos a todos los Estados Miembros y Observadores a seguir acompañando nuestros esfuerzos para fomentar la paz, el diálogo y el mutuo respeto entre peruanas y peruanos, sin discriminaciones y estigmatizaciones, y sin violencia.  Nuestro amado pueblo peruano, multiétnico, pluricultural, y donde conviven todas las sangres, como decía el Tayta Arguedas, merece vivir en paz, libertad y democracia.
 
Muchas gracias.