El arte rupestre de Carabaya
Revista
31 de diciembre de 2006
Resumen
Cerca de la transición de la Cordillera de Carabaya a la ceja de selva, en el extremo norte del departamento de Puno, se encuentra uno de los repositorios de arte rupestre más fascinantes y menos conocidos de los Andes peruanos, emplazado en un paisaje sobrecogedor, con profundos cañones, extensos bosques de piedras de formas caprichosas y la omnipresencia de los nevados Allincapac (5,760 m.), Huaynacapac y Chichicapac hacia el este y del glaciar del Queñamari (5850 m), el campo de hielo más alto y extenso de la zona tropical a nivel mundial, hacia el oeste, todos ellos importantes apus tutelares de la región, a los cuales los pastores desde tiempos inmemoriales dirigen sus plegarias y sus ofrendas en busca de la fertilidad y protección de sus hatos de alpacas, llamas y ovejas.
Autor: Rainer Hostnig
Cerca de la transición de la Cordillera de Carabaya a la ceja de selva, en el extremo norte del departamento de Puno, se encuentra uno de los repositorios de arte rupestre más fascinantes y menos conocidos de los Andes peruanos, emplazado en un paisaje sobrecogedor, con profundos cañones, extensos bosques de piedras de formas caprichosas y la omnipresencia de los nevados Allincapac (5,760 m.), Huaynacapac y Chichicapac hacia el este y del glaciar del Queñamari (5850 m), el campo de hielo más alto y extenso de la zona tropical a nivel mundial, hacia el oeste, todos ellos importantes apus tutelares de la región, a los cuales los pastores desde tiempos inmemoriales dirigen sus plegarias y sus ofrendas en busca de la fertilidad y protección de sus hatos de alpacas, llamas y ovejas.
Autor: Rainer Hostnig
Esta publicación pertenece al compendio Suplementos de Memorias Anuales de San Gaban S. A.