¿Qué tan ciertos son los mitos más comunes sobre alimentación y soporte emocional durante el embarazo?

Nota de prensa
Cuna Más comparte recomendaciones que ayudarán a esclarecer algunas creencias, basándose en la experiencia del Servicio de Acompañamiento a Familias y evidencias científicas.

18 de mayo de 2022 - 9:41 a. m.

El embarazo es un acontecimiento muy significativo en la vida de toda gestante, su pareja y su familia. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el éxito de la gestación - que en el marco del Desarrollo Infantil Temprano (DIT) comprende un nacimiento saludable y un adecuado estado nutricional del bebé - se requiere del compromiso, afecto y cuidados de los integrantes de toda la familia, así como de los profesionales de la salud, pues entre todos motivan, atienden y orientan a la gestante para cuidar de sí misma y de su bebé.
Por ello, al encontrarnos en la Semana de la maternidad saludable, segura y voluntaria, el Programa Nacional Cuna Más del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) aborda algunos de los mitos más comunes en torno a la alimentación y el soporte emocional durante el embarazo, tal y como lo hacen las (os) facilitadoras (es) capacitadas (os) del Servicio de Acompañamiento a Familias (SAF), durante las visitas domiciliarias a las familias usuarias.
1. “Debes comer por dos”.
Los nutricionistas y obstetras coinciden en que, antes de cantidad, en el embarazo se debe procurar una alimentación balanceada, variada y nutritiva que ayude a la futura madre y al bebé a crecer y desarrollarse saludablemente. Así, es importante que la futura mamá consuma alimentos de origen animal y ricos en hierro, como sangrecita, vísceras (hígado, bofe o bazo), carne de pollo o res, pescado, frutas, verduras y aceites de oliva, sacha inchi, nueces, pecanas, almendras u otras semillas o frutos similares. Se recomienda que coma diariamente tres comidas principales, más un refrigerio o merienda.
El consumo de café, sal, azúcar y grasas no está del todo prohibido, siempre y cuando no se caiga en excesos. Lo mismo aplica para la comida rápida. Con relación al consumo de suplementos como el hierro y el ácido fólico, es recomendable que toda gestante consuma ambos, a partir de las 14 semanas de gestación hasta los 30 días después del parto.
2. “Ceder a los antojos hace feliz al bebé”.
Los antojos en el embarazo son deseos que se caracterizan por un apetito especial hacia algo en concreto o hacia una mezcla de comidas, incluso aquellas que, antes de la gestación, no atraían a las gestantes o les resultaban desagradables. Si bien no existen advertencias sobre posibles riesgos al satisfacer todos los antojos, lo recomendable es ceder a ellos, de manera mesurada, siempre y cuando no se descuide la alimentación balanceada que debe seguir la gestante.
3. “Limita tu consumo de agua para no retener líquidos, no hincharte e ir menos al baño”.
Lo recomendado es que la gestante beba un mínimo de ocho vasos de agua diarios, a fin de mantener una hidratación adecuada que facilite la digestión, eliminación de toxinas y le ayude a prevenir y/o aliviarlas molestias que suelen presentarse en este periodo, como el estreñimiento. Si se presenta hinchazón de pies u otras partes del cuerpo, se recomienda acudir al establecimiento de salud más cercano para la evaluación correspondiente.
4. “Duerme todo lo que puedas, que cuando llegue el bebé ya no podrás”.
Dormir por lo menos ocho horas en la noche, y realizar siestas a lo largo del día, si la gestante las necesita, es la recomendación general de los especialistas. Fuera de eso, la exhortación es que realice actividades físicas regulares y de bajo impacto para mantener un buen estado físico y reducir el riesgo de complicaciones durante el trabajo de parto.
El ejercicio durante la gestación favorece una mejor respiración y circulación de la sangre, además de controlar el peso de la gestante. También contribuye a disminuir las molestias digestivas, mejorar el ánimo, reducir el estrés y favorece al trabajo de parto y puerperio.
5. “No llores, que le haces mal a tu bebé”.
Aunque aún no se cuenta con estudios que confirmen si los cambios anímicos de la mamá durante el embarazo perjudiquen temporal o permanentemente el bienestar físico del bebé, sí está demostrado que la niña o niño en el vientre percibe todo lo que le pasa a su mamá. Por ello, se recomienda a la pareja y la familia de la gestante, así como al personal de salud que la acompaña en el proceso, que sirvan de contención emocional y apoyo, sobre todo en situaciones que puedan causarle algún nivel de angustia.
“Estamos contigo”, “¿En qué te ayudo?”, “Cuéntame sobre tu día”, entre otras expresiones de afecto e interés por lo que le sucede a la futura mamá influyen de manera muy positiva en su estado de ánimo, haciéndole la experiencia más placentera.
6. “El sexo en el embarazo pone el riesgo al bebé”.
Aunque cada vez se escucha menos en los consultorios o en las reuniones entre amigas, embarazadas o no, es importante reiterar que afirmaciones como esa carecen de fundamento. Por el contrario, desde un punto de vista clínico, no existe ningún impedimento para sostener relaciones sexuales durante el embarazo, siempre y cuando no exista alguna contraindicación identificada por un médico.
De no haber contraindicación médica, el sexo durante el embarazo es recomendable, pues ayuda a los músculos vaginales de la gestante a prepararse para el parto. Además, ayuda a la pareja a mantenerse unida y en armonía, un aspecto beneficioso para la estabilidad emocional de la futura mamá.
7. “El hombre también se embaraza”.
Aunque suele quedar relegado a un segundo plano, la pareja de la gestante y papá del bebé por nacer es un actor fundamental durante el embarazo. Como tal, además de brindar soporte emocional a su familia, es el llamado a promover la confianza y seguridad necesarias para que tanto la madre como la niña o niño en su vientre lleven todo el proceso en condiciones óptimas.

Este aspecto es uno de los pilares que, como programa social, Cuna Más fomenta con especial énfasis entre las más de 115 000 familias usuarias de su Servicio de Acompañamiento a Familias (SAF) en el país. De esta forma, más allá de aquellas posturas que hablan de incluir al padre “porque también es su hijo”, se socializa un estilo parental positivo en el que tanto la madre como el padre establecen un vínculo de amor con su niña o niño, el cual contribuirá a una mejor comunicación y entendimiento entre ellos, además de favorecer las prácticas de cuidado y aprendizaje infantil necesarias para una primera infancia saludable, segura y feliz