Funcionarios del Ministerio de Cultura asistieron a la Fajina
Nota de prensaLa directora de Patrimonio Inmaterial, Soledad Mujica; el director desconcentrado de Cultura de Junín, Jair Pérez; y la antropóloga Jimena Lynch participaron en la Fajina, también conocida como chacmay faena o fiesta de la faena, por invitación de la Municipalidad Distrital de Comas, ubicada en el valle de Tulumayo, provincia de Concepción, región Junín.

20 de febrero de 2014 - 12:00 a. m.
Declarada Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura en agosto de 2013, la Fajina constituye la celebración y ejecución de la actividad de roturación de la tierra, empleando la herramienta agrícola de la chakitaqlla o arado de pie. Se realiza durante la época del preparado del terreno para el sembrío de los productos agrícolas, principalmente las variedades de papa nativa.
El alcalde de Comas, Valois Terreros Martínez, agradeció al Ministerio de Cultura en nombre de su distrito por el reconocimiento de la Fajina. Al mismo tiempo, los funcionarios se mostraron muy contentos de participar en esta festividad, que se desarrolla todos los años a inicios de la quincena de febrero de forma ritual y festiva por las cuatro cofradías o barrios que componen el distrito de Comas.
Por ser una actividad ritual y festiva de importante valor histórico, que expresa tradiciones culturales vivas de la cosmovisión andina vinculadas a la práctica del trabajo comunal, se le declaró Patrimonio Cultural de la Nación mediante la Resolución Viceministerial N° 051-2013-VMPCIC-MC.
Durante su celebración, se realiza un pago ritual u ofrenda sagrada en honor de la pachamama o madre tierra para tener un buen año agrícola, pedirle permiso y marcar el inicio de una nueva etapa. Cada barrio de Comas tiene un patrón o imagen que lo representa: Santísimo Amo, Virgen Purísima, Patrón Santiago y Ánimas Bendita. Además, cada uno de ellos tiene un mayordomo designado para la fiesta, así como una orquesta.
Los taqlleros son las personas encargadas de realizar esta actividad, que implica gran esfuerzo al emplear la herramienta agrícola de la chakitaqlla, una tecnología ancestral viva que pone en evidencia el conocimiento, manejo y adaptación del hombre andino al entorno natural y sus diversas condiciones.