Ministerio de la Cultura otorga distinción de Personalidad Meritoria de la Cultura a violinista Marcelo Huallpa Ccorahua

Nota de prensa
Por su destacada labor para la difusión y transmisión de la Danza de Tijeras, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Ministerio de la Cultura otorga distinción de Personalidad Meritoria de la Cultura a violinista Marcelo Huallpa Ccorahua

Fotos: OFICINA DE COMUNICACIÓN E IMAGEN INSTITUCIONAL

OFICINA DE COMUNICACIÓN E IMAGEN INSTITUCIONAL

24 de noviembre de 2020 - 12:36 p. m.

El Ministerio de Cultura otorgó la distinción de “Personalidad Meritoria de la Cultura” al músico apurimeño, Marcelo Huallpa Ccorahua, por su destacada y constante labor para la continuidad, difusión, transmisión y salvaguardia de la danza de tijeras.
 
Esta danza es una expresión inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, constituyéndose un aporte significativo al desarrollo cultural del país.

Marcelo Huallpa Ccorahua, violinista de la danza de tijeras, cuyo nombre artístico es “Qellopisqo”, ha realizado una reconocida labor para llevar esta expresión al mundo entero, por lo que su trayectoria constituye un aporte significativo al desarrollo cultural del país.
 
El Ministerio de Cultura otorga la distinción de “Personalidad Meritoria de la Cultura”, en reconocimiento a personas naturales o jurídicas, públicas o privadas, inscritas o no en los registros públicos, así como a organizaciones tradicionales, que han realizado un aporte significativo al desarrollo cultural del país.
 
La Danza de Tijeras celebró recientemente 10 años de su inscripción en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Es una danza mestiza que se originó hace cientos de años en el espacio lingüístico cultural denominado Chanka que comprende las regiones Apurímac, Ayacucho, Huancavelica y la zona norte de Arequipa.
 
Además, es una danza de competencia en la cual se enfrentan dos o más cuadrillas de músicos y danzantes. Cada cuadrilla está conformada siempre por un arpista, un violinista y un danzante de tijeras.
 
Durante la performance, el danzante de tijeras establece una relación estrecha con las entidades sagradas de la cosmovisión andina, la pachamama y los espíritus tutelares de las montañas o apus, los cuáles le otorgan tanto habilidad como fuerza para ejecutar las difíciles acrobacias y pruebas mágicas que forman parte de su repertorio.