‘Alzira’, ópera del Ministerio de Cultura, recibe premio internacional a “Mejor Nueva Producción Latinoamericana”

Nota de prensa
‘Alzira’ se estrenó en 2018 en el Gran Teatro Nacional, con la participación de la Orquesta Sinfónica Nacional, el Coro Nacional de Perú y reconocidos solistas
‘Alzira’, ópera del Ministerio de Cultura, recibe premio internacional a “Mejor Nueva Producción Latinoamericana”
‘Alzira’, ópera del Ministerio de Cultura, recibe premio internacional a “Mejor Nueva Producción Latinoamericana”
‘Alzira’, ópera del Ministerio de Cultura, recibe premio internacional a “Mejor Nueva Producción Latinoamericana”

Fotos: OFICINA DE COMUNICACIÓN E IMAGEN

OFICINA DE COMUNICACIÓN E IMAGEN

23 de octubre de 2020 - 9:55 a. m.

El jurado de la asociación Ópera XXI de España eligió a la producción peruana ‘Alzira’ de Giuseppe Verdi como “Mejor Nueva Producción Latinoamericana”, galardón que entregará la Asociación de Teatros, Festivales y Temporadas Estables de Ópera en España al Ministerio de Cultura del Perú, en una ceremonia virtual especial programada para este domingo 25 de octubre, celebrando el Día Mundial de la Ópera.

‘Alzira’ es la primera coproducción internacional del Ministerio de Cultura, junto con la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO) y la Ópera Royal de Wallonie (Liége, Bélgica), la cual se estrenó en Lima en noviembre de 2018, con libreto de Salvatore Cammarano e inspirada en la novela “Alzira y los americanos” de Voltaire. El director escénico fue el peruano Jean Pierre Gamarra y la dirección musical estuvo a cargo del asturiano Oliver Díaz.

La galardonada producción cuenta con la participación de dos de nuestros Elencos Nacionales: la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Nacional, así como la soprano argentina Jaquelina Livieri (Alzira), el tenor Juan Antonio de Dompablo (Zamoro), el barítono limeño Jorge Tello (Gusmano), Xavier Fernández (Álvaro), Carlos Martínez (Ataliba), Juan Pablo Marcos (Otumbo), Manuel Rodríguez (Ovando) y Rosa Parodi (Zuma).

‘Alzira’ es una historia ambientada en el virreinato de Perú, basada en la obra “Alzire, ou les Américains” de Voltaire, la cual fue representada por primera vez en 1845, en el Teatro San Carlo de Nápoles. El Ministerio de Cultura decidió llevarla al escenario del Gran Teatro Nacional en el año 2018, en el marco de las celebraciones por el Bicentenario de la Independencia del Perú.

Esta obra escénica, ambientada en el Perú de la década de 1920, nos brinda una lectura contemporánea sobre el periodo de conflicto entre el gobierno aristocrático y el pueblo indígena: un tema fundamental, vinculado a la construcción de la identidad nacional, en el marco de nuestro aniversario como República.

La ‘Alzira’ del Ministerio de Cultura es una propuesta creativa, de gran calidad y vigente en los temas que aborda, ya que pone sobre la mesa un combate dialéctico entre la América europea y el americano dueño de la tierra, la lucha por la supremacía, y el trágico destino de una mujer en un mundo guiado por las obsesiones del hombre. Asimismo, constituye un reconocimiento a los Elencos Nacionales y al Gran Teatro Nacional como importantes unidades de producción de artes escénicas a nivel nacional e internacional.

ALZIRA

PRÓLOGO

Una planicie junto al río Rímac. Liderados por Otumbo, unos indios han apresado y condenado a muerte a Álvaro, el viejo gobernador español. Cuando el grupo está a punto de ejecutarlo, llega el Inca Zamoro. Los indios se doblegan ante su monarca, quien, sintiendo compasión por la edad y la lamentable condición del prisionero, ordena su inmediata liberación y que sea escoltado hasta un lugar seguro.

Zamoro relata a los indios cómo, tras ser capturado y torturado por órdenes del jefe español Guzmán (el hijo de Álvaro) fingió estar muerto ante los españoles. Zamoro pregunta a Otumbo por su amada Alzira, y se entera que ella y su padre Ataliba, otro líder indio, están cautivos en Lima.

Enfurecido, el Inca narra entonces cómo después de su huida fue capaz de reunir a las tribus diseminadas para resistir a la milicia española. Su relato se convierte en una arenga a los indios para luchar por su libertad.

PRIMER ACTO: “Una vida por vida”

En la plaza de armas de Lima, el anciano Álvaro anuncia a sus soldados que delegará su título de Gobernador del Perú a favor de su hijo Guzmán. Al asumir el nuevo cargo, Guzmán decide como primera acción hacer la paz con los indios, y pide a Ataliba la mano de su hija Alzira para sellar la alianza.

El padre siente que Alzira aún no está lista para el matrimonio, pues ella aún llora la muerte de su prometido Zamoro. Sin embargo, Ataliba asegura al nuevo gobernador que hará lo que esté a su alcance para persuadirla a que lo acepte como esposo.

En su residencia, un grupo de muchachas indias vela a Alzira, quien al despertar les cuenta el sueño que ha tenido: huía de Guzmán en medio de una tormenta marítima, cuando fue rescatada por el alma de Zamoro, a quien promete fidelidad más allá de la muerte Ataliba aparece para convencer a Alzira de la necesidad de su matrimonio político con Guzmán, pero ella se opone firmemente.

El padre se retira, y se anuncia a Alzira la llegada de un indio. Es Zamoro, a quien se creía muerto, y la alegría invade a la pareja. El encuentro es interrumpido por la llegada de Guzmán y sus soldados, quien, enfurecido por los celos, ordena el arresto y la ejecución de Zamoro. Pero Álvaro aparece y reconoce al hombre que le salvó la vida, y suplica compasión por el Inca a Guzmán, quien se muestra inflexible.

Llega un capitán español anunciando que el ejército indio se aproxima, reclamando a su líder. Guzmán cede a las súplicas de su padre y libera a Zamoro, con la promesa de que ambos rivales se reencontrarán en el campo de batalla. Alzira queda retenida, impedida de seguir a su amado. La escena culmina con las amenazas que se profieren los dos bandos.

SEGUNDO ACTO: “La venganza de un salvaje”

Dentro de las fortificaciones de Lima, los españoles celebran su victoria: los indios han sido derrotados y apresados. Entre ellos está Zamoro, a quien el consejo militar español ha condenado a muerte por rebeldía. Guzmán está a punto de firmar el decreto de muerte cuando Alzira lo interrumpe suplicándole piedad.

Guzmán le ofrece una cruel alternativa: si ella accede a casarse con él, el Inca será puesto en libertad y deportado; si no, morirá en la hoguera. Con el fin de salvar la vida de su amado, Alzira acepta convertirse en la esposa de Guzmán.

En una lúgubre cueva están ocultos varios indios que lograron escapar. Otumbo les anuncia que Zamoro podrá escapar de su prisión gracias a un soborno. El Inca aparece desolado por el cautiverio de su amada. Al enterarse de la boda de Alzira y Guzmán, completamente furioso, decide acudir a la fiesta para vengarse.

En el palacio del Gobernador de Lima se celebra la boda. Mientras Guzmán está alegre y satisfecho, Alzira permanece silente y taciturna. Cuando Guzmán se dispone a tomar de la mano a la novia, un hombre vestido como soldado español aparece repentinamente

y lo apuñala en el corazón. Es Zamoro, quien de inmediato es capturado por los guardias.

Con altivez, Zamoro insulta a Alzira acusándola de traidora, aprestándose luego a ser ajusticiado. Pero el agónico Guzmán, en un acto que sorprende a todos, perdona al Inca, le revela que Alzira lo traicionó sólo para ponerlo a salvo, y congratula a la pareja.

Sumidos en completa emoción, Alzira y Zamoro agradecen al Dios que ha dado tanta generosidad a Guzmán. Después de pedir una última bendición a su padre Álvaro, Guzmán expira.