Pucallpa: Segunda Sala Penal de Apelaciones ratifica nueve años de prisión para vecino por tocamientos indebidos a menor

La Segunda Sala Penal de Apelaciones en Adición Liquidadora, integrada por los magistrados Federick Rivera Berrospi, Marco Antonio Espíritu Matos y Damián Enrique Rosas Torres, confirmó la condena de nueve años de prisión efectiva contra Juan Javier Vela Dávila por tocamientos y actos libidinosos en agravio de su vecina menor de edad (13).

La pena se computará desde el momento de su detención y se estableció una reparación civil de S/3000 a favor de la víctima. Además, se ordenó la emisión de las órdenes de ubicación y captura del sentenciado, quien una vez aprehendido será puesto a disposición del juzgado de origen para su internamiento en el Establecimiento Penitenciario de Pucallpa.

La Sala Penal destaca que estos delitos son cometidos de forma clandestina, con el autor buscando evitar ser descubierto y silenciar a la víctima. La declaración de la agraviada, en calidad de víctima-testigo, es fundamental. Tras valorar las pruebas del juicio oral individual y conjuntamente, se confirma la responsabilidad penal del acusado. No se encontraron cuestionamientos razonados a la sentencia, solo acusaciones genéricas de contradicciones sin sustento. La valoración probatoria fue correcta y se alcanzó un alto grado de fiabilidad con pruebas periféricas suficientes para condenar.

Según la tesis fiscal, el 27 de octubre de 2022, alrededor de las 6:30 p.m., cuando ya oscurecía, la agraviada, una menor de 13 años, corrió hacia su huerta porque se sentía mal tras consumir “leche de monja” y necesitaba orinar. Se dirigió al baño de su casa, ubicado en la parte trasera del domicilio, a 32 escalinatas de tierra del nivel de la vivienda.

De acuerdo con la acusación fiscal, la menor identificó a su vecino, Juan Javier Vela Dávila, sin signos de haber consumido alcohol. Al verlo, se asustó; lo describió con pelo corto, estatura alta y complexión media. El imputado ingresó al baño, que es compartido por ambas familias, la abrazó, tocó sus partes íntimas, e intentó besarle el cuello. La menor no gritó por miedo. Cuando su cuñado la llamó y ella no respondió, el acusado la soltó y huyó a su casa, mientras la menor regresó a la suya.