Primera Sala Penal de Apelaciones confirma cadena perpetua a sujeto que ultrajó a su propia hija
Nota de prensaUn hombre fue condenado por abusar de su hija menor, a quien amenazó con hacerle daño a su madre y a su hermana si se atrevía a denunciarlo.

27 de mayo de 2025 - 11:06 a. m.
La Primera Sala Penal de Apelaciones en Adición Liquidadora, conformada por los jueces superiores Robin Barreda Rojas (presidente), Marco Santa Cruz Urbina (integrante) y Jonatan Basagoitia Cárdenas (director de debates), confirmó la sentencia de cadena perpetua dictada por el Juzgado Penal Colegiado Conformado de Coronel Portillo contra W.F.R., declarado autor del delito contra la libertad sexual en la modalidad de violación sexual de menor de edad, en agravio de su propia hija. Además, se estableció una reparación civil de S/5000 a favor de la víctima.
¿Qué sucedió?
Según la acusación fiscal, en octubre de 2019, la psicóloga de la institución educativa “Capi”, ubicada en la junta vecinal Pampayurac, alertó a la madre de la menor sobre el abuso sufrido por la niña de 12 años, quien estaba bajo el cuidado del sentenciado, su padre biológico.
La Fiscalía refirió que el hecho ocurrió el 23 de enero de 2018 en el centro poblado Nuevo Porvenir, provincia de Puerto Inca, cuando la menor vivía con su padre, su madrastra y su hermana. La víctima se encontraba lavando ropa en el río junto a su madrastra y su hermana menor, cuando observaron la llegada de un bote que traía plátanos. Tras terminar de lavar, la menor regresó a su vivienda.
En casa, mientras se preparaba para cambiarse y descansar, la menor fue interceptada por su agresor, quien llegó acompañado de su otra hija. Para quedarse a solas con la víctima, el agresor hizo que la hermana menor regresara al río para continuar ayudando a lavar la ropa. Aprovechando la soledad, el sujeto se acercó a la niña y le propuso mantener relaciones sexuales, a lo que ella se negó. Enfurecido, el agresor forcejeó con la menor, la derribó y le tapó la boca para luego abusar de ella, según el fiscal.
Después del abuso, el agresor amenazó a la niña diciéndole que si contaba lo sucedido, le haría daño a su hermanita de dos años y a su madre. Atormentada por el miedo, la menor guardó silencio y no denunció lo ocurrido.