Milagros sueña con estudiar para ser masajista o teleoperadora gracias al apoyo que recibe del Estado

A sus 26 años, Milagros demuestra que su discapacidad visual no es impedimento para esforzarse y alcanzar sus metas. Desde niña, se enamoró del canto, aprendió a escribir y leer en braille. Ahora, quiere estudiar para ser masajista o teleoperadora.

“La discapacidad no tiene límites. Si pueden lograr sus objetivos, no se sientan solos. Al contrario, valen bastante”, manifiesta la usuaria del programa que reside en el distrito de Chorrillos, Lima.

Gracias a la pensión no contributiva de S/ 300 bimestral, que le otorga el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, a través del Programa Nacional Contigo, Milagros busca mejores oportunidades, a través de la venta de algunos productos.

“Con este dinero que recibo (del programa), compro bolsas, también separo para comprarme mi ropa. Salgo a vender bolsas y paños desde las 7:00 de la mañana hasta la 1:00 de la tarde, en el mercado Comerciantes de Villa”, comenta la joven, que tiene discapacidad severa y está en condición de pobreza.

Milagros cuenta con el apoyo de su madre, pero sueña con ser independiente. Por eso, quiere estudiar para obtener un empleo que le permita alcanzar sus sueños.

Sin duda, su historia es un ejemplo para todos.