El lenguaje del corazón: una historia por San Valentín

Nota de prensa
Un 14 de febrero, Graciela y Paul comparten su experiencia y derriban mitos sobre el amor en personas con discapacidad
Historia de amor

14 de febrero de 2025 - 9:30 a. m.

En un mundo lleno de ruido, donde la comunicación fluye de diferentes formas, Graciela Cárdenas y Paul Salas demuestran que el amor puede encontrar su propio lenguaje. Ambos son personas Hipoacúsicas y han logrado formar una sólida relación, que derriba estereotipos y deja importantes lecciones de vida.

Paul, ingeniero metalurgista de 38 años, y Graciela, comunicadora y publicista de 34, se conocieron durante la pandemia y desde entonces, encontraron una conexión especial que los unía más allá de la amistad y que tiempo después, lograron consolidarse como una pareja llena de ilusiones y aspiraciones.

Ambos cuentan que, debido a la hipoacusia que padecen, en más de una oportunidad han enfrentado desafíos que supieron convertir en fuente de motivación para superar barreras como la falta de comprensión y empatía de quienes no comparten su realidad. Pese a ello, han sabido adaptarse y salir adelante. Para curiosidad de muchos, ellos se comunican en español, usan audífonos e implantes cocleares, y complementan su interacción con la lectura de labios.

El respeto y la sinceridad son pilares en su relación, algo que ambos consideran esencial. “Es importante no mantenernos callados, expresar lo que sentimos. La comunicación es la base de nuestra relación”, afirma Graciela. Esta dinámica les ha permitido disfrutar de momentos especiales, como ver películas con subtítulos o asistir a actividades culturales, como visitas a museos y funciones de teatro.

El amor de Graciela y Paul trasciende la distancia. Actualmente, radican en ciudades diferentes, él en Tacna y ella en Lima; sin embargo, su vínculo sigue fortaleciéndose. Las videollamadas son parte de su día a día y celebran cada aniversario con mucha dedicación. “Extraño mucho a Graciela, pero a pesar de la distancia, seguimos conectados y compartimos nuestra vida a través de la tecnología”, comenta Paul.

En el futuro, sueñan con un hogar juntos, siendo profesionales independientes. Además, están convencidos que cualquier inconveniente puede ser superado.

En este Día de San Valentín, nos dejan un mensaje cargado de reflexión sobre cómo las ayudas biomecánicas y el desarrollo de tecnología accesible contribuyen a la inclusión plena y efectiva de las personas con discapacidad en los diferentes ámbitos de la vida, permitiendo la reducción de brechas sociales y, en este caso, de comunicación.