LA REAFIRMACIÓN DE CARAL
Nota Informativa
15 de abril de 2016 - 12:38 p. m.
¿Se imaginan qué sería del mundo si, en lugar del caos en el que vivimos, tuviésemos la organización y el respeto por la naturaleza que tenían los pobladores antiguos de Vichama?”, interpelaba Ruth Shady hace ocho meses, mientras narraba el descubrimiento arqueológico más importante de los últimos años en Caral. Hacía algunas semanas que su equipo de excavación había descubierto una serie de estatuillas antropomorfas que, en un territorio golpeado por las sequías, sobrevivieron unos 3800 años.
Las piezas de barro sin cocer representaban –por su fisonomía y vestuario– a una sacerdotisa con pintura facial blanca y punteado rojo, y otras dos figuras que correspondían a personajes de la alta jerarquía. Por un lado, un hombre desnudo con la pierna izquierda flexionada; y por otro, una mujer de cabellera roja y labios pintados de negro. Eran ofrendas que permitían analizar la organización política y social de los antiguos pobladores de la ciudad más antigua de América, pero también íconos de la relación armónica que tuvo este asentamiento –de una extensión aproximada de 25 hectáreas durante su apogeo– con la naturaleza.
Ahora, este descubrimiento en la cuna de la civilización andina ha sido distinguido por la revista especializada “National Geographic” como uno de los diez hallazgos más importantes de 2015, junto a otros de España, Francia, Egipto, Israel, Sudáfrica, Grecia, Suiza, Italia y China. Y es, también, un reconocimiento al trabajo y la tenacidad de la arqueóloga y antropóloga peruana.