Es la unidad funcional que propone las acciones de integridad y lucha contra la corrupción, así como supervisa su cumplimiento en la Autoridad Nacional del Agua (ANA), creada por Resolución de Gerencia General N° 140-2023-ANA/GG y dependiente jerárquicamente de la Gerencia General, y se encuentra a cargo de un /a coordinador/a designado por su titular.

Entre sus principales funciones, se encuentran:

El Modelo de Integridad se encuentra conformado por 9 componentes, así como por sus respectivos subcomponentes, que definen y constituyen el estándar peruano de integridad. Su implementación y consolidación en la ANA, concierne a todos los funcionarios y servidores de la entidad.

Los 9 componentes del Modelo de Integridad son:

7. Canal de denuncias: Este componente busca asegurar el cumplimiento de lo establecido en el Decreto Legislativo N°1327 y su reglamento aprobado mediante Decreto Supremo N°010-2017-JUS, asegurando para ello la debida gestión y seguimiento de las denuncias de corrupción recibidas en la entidad, así como el otorgamiento de mecanismos de protección al denunciante.
8. Supervisión y monitoreo del Modelo de Integridad: El componente busca generar información útil para la toma de decisiones sobre el desarrollo del modelo de integridad a través del Índice de Capacidad Preventiva frente a la Corrupción, de manera obligatoria y permanente, generando con ello elementos de aprendizaje para fortalecer el estándar de integridad en las entidades públicas y con ello reforzar la capacidad preventiva de las entidades frente a la corrupción.
 9. Encargado del Modelo de Integridad: Este componente busca que el órgano que ejerce la función de integridad asuma el rol de articulación de los componentes que conforman el modelo de integridad. Acompaña y orienta a las distintas áreas en el adecuado y oportuno cumplimiento de las herramientas, mecanismos y disposiciones normativas del Estándar de Integridad.
 

                                                                                                        

En el Perú, la Secretaría de Integridad Pública ejerce la rectoría de la Política Nacional de Integridad y Lucha contra la Corrupción.

Consiste en la ejecución coherente con los valores, principios y normativas que fomentan y resguardan la actuación ética en el ámbito público. Este enfoque busca garantizar que los poderes y recursos confiados al Estado se utilicen conforme a los propósitos establecidos, asegurando que el servicio público se oriente hacia el interés general y la generación de valor público para la ciudadanía.

Documento aprobado con la Resolución Ministerial N°0088-2020-MIDAGRI, que establece los contenidos fundamentales que direccionan el comportamiento ético en los/las servidores/as civiles del Sector Agricultura y Riego y sirve de guía para el ejercicio de sus funciones.

Representa el reflejo de conocimientos y prácticas compartidas dentro de una institución, donde la actuación se desarrolla de manera congruente con los valores organizacionales y en consonancia con el cumplimiento de los principios, deberes y normativas destinadas a privilegiar el interés general, combatir la corrupción y elevar continuamente los estándares de la actuación pública.

Con el propósito de contribuir al fortalecimiento de una cultura de integridad en el sector público, las entidades cuentan con un Modelo de Integridad.

Se refiere al conjunto de directrices orientadas a reforzar la capacidad preventiva y defensiva de las entidades ante la corrupción y diversas prácticas contrarias a la ética. En conformidad con la normativa vigente, estas directrices se estructuran de manera sistemática en un marco de trabajo compuesto por nueve componentes, basados en conceptos y pautas específicas a nivel organizacional y funcional. A la fecha, dicho modelo constituye el estándar peruano de integridad y proporciona un marco de referencia para la implementación del enfoque de integridad en la entidad.

Índice de Capacidad Preventiva frente a la Corrupción. 

Es la herramienta que permite medir la adecuación de la entidad al estándar de integridad a través del desarrollo de los componentes y subcomponentes del modelo de integridad, evidenciando las brechas y oportunidades de mejora en su implementación.