El Fideicomiso Ambiental: Pilar para inversión y recuperación de ecosistemas mineros

El Perú, un país con vastas oportunidades en el sector minero; sin embargo, enfrenta la falta de financiamiento para la reducción de brechas en infraestructura y servicios públicos en la actualidad. Para abordar esta problemática, se creó un mecanismo eficiente y sostenible, el Fideicomiso Ambiental, una herramienta vital impulsada por PROINVERSIÓN y administrada por Activos Mineros, que resuelve la provisión de fondos derivados de la actividad privada (contraprestaciones contractuales minería), destinados a un objeto en específico que es la remediación de pasivos ambientales mineros originados por actividad minera estatal.

Al integrar criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), este fondo asegura la trazabilidad y se convierte en un mecanismo de financiamiento confiable. Su éxito y su reciente reconocimiento como «Buena Práctica en Gestión Pública» por Ciudadanos al Día (CAD) subrayan su papel fundamental en la recuperación de ecosistemas y la promoción de la inversión responsable en el Perú.

Este fideicomiso destaca como modelo de sostenibilidad, al proporcionar una fuente constante de financiamiento. Así, no solo asegura los recursos necesarios para la recuperación ambiental, sino que también fomenta la confianza en el sector y responde a las expectativas de las comunidades. La capacidad de monitorear y auditar los proyectos garantiza una trazabilidad de los fondos, lo que ofrece seguridad tanto a los inversionistas como a la sociedad.

Gracias al mecanismo de financiamiento del fideicomiso se han recuperado hábitats de numerosas especies de flora y fauna, permitiéndose la conservación de la biodiversidad en las regiones afectadas.

Uno de los aspectos más valiosos del fondo es que representa un modelo de gobernanza replicable. Los mecanismos de gobernanza establecidos para el manejo de estos fondos, junto con la autorregulación de AMSAC a través de diversas normas y estándares, garantizan no solo el cumplimiento del objetivo principal, sino que también genera beneficios colaterales a las comunidades afectadas. Esto resulta crucial para inversionistas y ciudadanos, quienes pueden confiar en que las contraprestaciones contractuales están generando un impacto positivo, no solo económico sino también ambiental y social.

Entonces, podemos decir que el fondo ambiental representa una herramienta poderosa para fortalecer el clima de inversión en el sector minero peruano. Al integrar criterios ESG, asegurar la trazabilidad y contar con un mecanismo de financiamiento confiable, este fondo no solo promueve la sostenibilidad a largo plazo, sino que también genera confianza entre inversionistas y comunidades.