Ubicado a una hora de la ciudad de Piura, Cristo nos Valga es un pueblo enclavado en medio del desierto sechurano. Rodeado por algarrobos achaparrados, arena muerta y un cielo límpido, la leyenda sobre su origen dice que en 1889 Julián Ramírez Querevalú, acompañado por otros agricultores, fue al bosque seco a cortar un algarrobo. Al lanzar el segundo hachazo brotó del tronco del árbol agua rojiza. El hombre, sorprendido, exclamó: “Cristo nos valga” y volvieron.