Webinar: comunicación de ideas con valor público

En el marco de la fase de entrenamiento del iLabtón Perú 2025 impulsado por la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital de la PCM ha programado una serie de seminarios para entrenar a los equipos participantes, previo a los días centrales de la maratón virtual.

La sesión sobre comunicación de ideas con valor público fue presentada por la Dra. Katia Granados Guibovich, Directora Ejecutiva de la Unidad de Desarrollo de Investigación, Tecnologías y Docencia del Instituto Nacional de Salud del Niño de San Borja (INSNSB) y el Ing. Carlos Eduardo Vásquez Roque, coordinador del Laboratorio de Innovación Tecnológica del INSNSB.

>>> Mira la presentación.

Ver video completo

Introducción

Solemos creer que una idea tecnológica brillante es un camino garantizado hacia el éxito. Se asume que con la tecnología adecuada y la financiación correcta, cualquier problema puede ser resuelto. Sin embargo, la historia de la innovación está llena de proyectos que, a pesar de contar con tecnología de punta y valoraciones millonarias, fracasaron de manera espectacular.

Estos fracasos no se debieron a fallos técnicos, sino a algo mucho más profundo y humano. Nos enseñan que la innovación no es solo un ejercicio de ingeniería, sino un proceso complejo de creación de confianza, diálogo y valor real para las personas.

Este artículo explora las sorprendentes razones detrás de estos fracasos y descubre los ingredientes clave para crear innovaciones que generan verdadero "valor público". A través de ejemplos poderosos, desvelaremos las lecciones que separan una simple "buena idea" de una solución que transforma vidas y genera un valor público sostenible.

A continuación, te compartimos cinco ideas clave sobre la comunicación de ideas con valor público.

Lección 1. Una idea de 1.500 millones de dólares puede quebrar si olvida su humanidad

El caso de las "píldoras digitales" es un ejemplo impactante. La idea era revolucionaria: píldoras equipadas con biosensores que, al ser ingeridas, enviaban una señal para confirmar que el paciente había tomado su medicación. El objetivo era aumentar la adherencia a los tratamientos, un problema crónico en el sector salud.

La innovación fue un éxito técnico y financiero inicial. Fue aprobada por la FDA en 2017 y la empresa desarrolladora alcanzó una valoración de 1.500 millones de dólares. Sin embargo, tres años después, se declaró en bancarrota. La tecnología funcionaba pero no lograba su objetivo principal: aumentar la adherencia. El colapso del proyecto revela una lección crítica: la tecnología generó miedo y desconfianza en poblaciones vulnerables, como pacientes con esquizofrenia, por ejemplo.

Este fallo demuestra un principio fundamental: la narrativa de la comunicación fue percibida como una de "control y monitoreo" en lugar de "cuidado y apoyo", destruyendo la confianza necesaria para que la innovación fuera adoptada. La tecnología era brillante, pero olvidó a quién servía.

Lección 2. La tecnología puede resolver perfectamente el problema equivocado

Otro caso de una "buena idea" que no generó valor para su comunidad objetivo es el del guante traductor de lengua de señas. El dispositivo fue diseñado para capturar los movimientos de la mano y traducir la Lengua de Señas Americana a texto y voz, prometiendo cerrar la brecha de comunicación entre la comunidad sorda y el "mundo oyente".

El problema fue que el proyecto se concibió sin un proceso de co-diseño con la comunidad sorda o con expertos lingüistas. La tecnología reducía la lengua de señas a simples movimientos de las manos, ignorando por completo elementos esenciales de la comunicación como las expresiones faciales y la postura corporal.

Este caso ilustra que, sin una participación profunda del usuario, la tecnología puede convertirse en una solución en busca de un problema real. Peor aún, puede ofrecer una solución que malinterpreta por completo la naturaleza del problema que pretende resolver.

Lección 3. La comunicación no es marketing, es una capacidad operativa central

Solemos ver la comunicación como el paso final de un proyecto: una forma de promocionar un producto o servicio ya terminado. Sin embargo, los casos anteriores demuestran que esta visión es un error. La comunicación estratégica no es marketing; es una capacidad operativa tan crucial como la competencia técnica.

En el contexto de la innovación pública, la comunicación estratégica es el proceso activo de construir legitimidad, negociar apoyos y asegurar la viabilidad de un proyecto a través del diálogo constante. Para las píldoras digitales, significaba dialogar sobre miedos y privacidad. Para el guante traductor, implicaba co-diseñar la solución con sus futuros usuarios desde el primer día.

Lección 4. El verdadero valor no lo define un "quién", sino un "cómo"

Una pregunta fundamental en la innovación social es: "¿Quién define el valor público?". La respuesta es sorprendente: "la respuesta no es quién, sino es cómo."

El valor no es algo que impone una autoridad, un experto o un tecnólogo. Es el resultado de un proceso colaborativo de co-creación que involucra a todos los actores: ciudadanos, expertos, gestores y tomadores de decisiones. Este proceso se puede entender a través del "triángulo estratégico", un marco que equilibra tres vértices indispensables para el éxito.

  • Propuesta de valor: La idea debe ser clara, bien fundamentada y responder a una necesidad real y sentida por la comunidad.
  • Legitimidad y apoyo: El proyecto debe contar con el respaldo y la confianza de los ciudadanos, las autoridades y los actores clave. Sin esto, no hay permiso para actuar.
  • Capacidad operacional: El equipo debe disponer de los recursos técnicos, financieros y, crucialmente, comunicacionales para ejecutar la idea de manera efectiva.

Las "buenas ideas" fracasan cuando este triángulo se desequilibra. Las píldoras digitales contaban con una enorme capacidad operacional técnica y financiera, pero colapsaron por una falta fatal de legitimidad y apoyo. El guante traductor partía de una propuesta de valor defectuosa porque nunca fue validada con la comunidad, lo que aniquiló su legitimidad desde el origen.

Lección 5. La innovación más poderosa se mide en vidas, no en prototipos

El trabajo del Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja (INSNSB) en el país, ejemplifica buenas prácticas relacionadas con comunicación de ideas con valor público. Esta institución utiliza la impresión 3D para planificar cirugías pediátricas de alta complejidad, y sus resultados son contundentes: ya hay más de 500 pacientes beneficiados.

La tecnología permite a los cirujanos crear modelos anatómicos precisos de sus pequeños pacientes. Con estos modelos, pueden "ensayar" procedimientos complejos antes de entrar al quirófano, aumentando drásticamente la precisión y reduciendo riesgos. Este no es el trabajo de una sola persona, sino la convergencia de una capacidad operacional robusta: ingenieros biomédicos que manejan la tecnología, radiólogos expertos en segmentación de imágenes y cirujanos que validan clínicamente cada modelo.

El valor de esta planificación se vuelve tangible en casos extremos, como el de un bebé con un tumor orofaríngeo gigante o una niña de tres años con ectopia cordis—una condición donde el corazón se encuentra fuera de la cavidad torácica—, para quienes un ensayo quirúrgico en un biomodelo 3D es la diferencia entre la vida y la muerte. Pero el impacto va más allá de la eficiencia técnica; esta herramienta permite explicar de forma clara a las familias angustiadas qué se le hará a su hijo, construyendo una profunda confianza.

Ese es el resultado final. Es el punto donde una propuesta de valor clara (cirugías más seguras), una capacidad operacional sólida y una legitimidad total (confianza de los pacientes y respaldo institucional) convergen para producir resultados que cambian vidas.

Conclusión

El éxito de una innovación reside, sobre todo, en el proceso colaborativo, empático y humano que se utiliza para darle vida. Los fracasos más costosos nos enseñan que la tecnología sin confianza es inútil, y las soluciones sin co-creación están destinadas a resolver los problemas equivocados.

El verdadero impacto nace de un diálogo constante, de construir legitimidad a través de la comunicación estratégica y de centrar cada decisión en las necesidades de las personas a las que se busca servir.

La próxima vez que se enfrente a una innovación, ¿cuál será su primera pregunta: "qué hace la tecnología" o "a quién y cómo sirve"?