Webinar: ser o no ser un laboratorio de innovación pública ¿Cuál es la cuestión?

En el marco de la fase de entrenamiento del iLabtón Perú 2025 impulsado por la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital de la PCM ha programado una serie de seminarios para entrenar a los equipos participantes, previo a su participación en los días centrales de la maratón virtual

La sesión facilitada por Valeria Restrepo (Colombia), Alejandra Aguilar (Nicaragua) y Alix Cortés (Colombia) invita a la reflexión y pensar sobre lo que un laboratorio de innovación pública NO es (y por qué saberlo es la clave de su éxito).

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Introducción

¿Estás pensando en crear un laboratorio de innovación en tu entidad? Antes, esto te interesa.

Hoy en día, muchos gobiernos y organizaciones públicas quieren tener su propio laboratorio de innovación. Y está muy bien. Pero hay algo igual de importante que definir qué es un laboratorio: entender qué NO es.

Conoce los cinco errores comunes que hacen que un laboratorio pierda su rumbo. Evitarlos es clave para que tu laboratorio sea un faro estratégico y no se convierta en una simple linterna operativa.

Lección 1. No es una oficina de Tecnología de la Información ni un centro administrativo

Error común: ubicar al laboratorio bajo el área de tecnología o como unidad operativa.


💡 Por qué evitarlo: esto lo convierte en un ejecutor técnico más, compitiendo con otras prioridades y perdiendo su rol estratégico.

Un laboratorio necesita estar cerca de la toma de decisiones, no de las tareas técnicas. Su fuerza está en hacer preguntas incómodas, proponer cambios y pensar a futuro, no en arreglar computadoras o sistemas.

Lección 2. No es un equipo "apagafuegos"

Error común: usar el laboratorio para resolver tareas del día a día o emergencias operativas.

💡 Por qué evitarlo: eso lo aleja por completo de su verdadero valor: explorar nuevas formas de hacer las cosas.

Un laboratorio no está para gestionar pagos, licencias o procesos internos. Está para repensarlos. Si se dedica solo a lo urgente, pierde su capacidad de innovar.

Lección 3. No es una máquina de éxitos seguros

Error común: pensar que todo lo que hace un laboratorio debe salir perfecto.

💡 Por qué evitarlo: la innovación implica experimentar y también fallar. Y eso está bien.

Un laboratorio exitoso no es el que más “proyectos ganadores” tiene, sino el que más aprende y mejora. Si no hay espacio para el error, no hay innovación real.

Lección 4. No es (solo) un experto en post-its y metodologías ágiles

Error común: medir el valor del laboratorio por cuántos talleres hace o cuántas herramientas maneja.

💡 Por qué evitarlo: la innovación no es una técnica, es una cultura.

El verdadero rol del laboratorio es ayudar a otros equipos a desarrollar capacidades, a pensar distinto, a probar cosas nuevas. No se trata de aplicar “recetas” sino de acompañar procesos con personas reales y problemas públicos.

Lección 5. No compite con nadie: articula con todos

Error común: pensar que el laboratorio debe hacer lo mismo que incubadoras, universidades o empresas.

💡 Por qué evitarlo: su rol es neutral y público, ideal para conectar actores diversos.

Un laboratorio no vende soluciones ni reemplaza a la academia. Su fortaleza está en su capacidad para convocar, prototipar, aprender y escalar en conjunto. Nadie más en el ecosistema tiene ese mismo rol.

Conclusión

Saber lo que NO eres te acerca a lo que SÍ puedes ser.

Decidir qué no hace un laboratorio no lo limita, lo enfoca. Le permite proteger su tiempo, su energía y su propósito. Un laboratorio no puede ser todo para todos, pero sí puede ser clave para transformar cómo trabaja una institución pública.

Entonces, si estás en el camino de crear uno o estás repensando el que ya tienes, pregúntate: ¿Para qué estamos aquí realmente?

Definirlo bien desde el inicio puede ser la diferencia entre tener un laboratorio que brilla… o uno que se apaga antes de tiempo.