Cuna Más: la creatividad, ingenio y paciencia son las claves para que las niñas y niños consuman sus alimentos ricos en hierro

La gastronomía es un arte que requiere dedicación, pasión y creatividad, cualidades que caracterizan a Bertila Pérez Cotrina, quien es voluntaria en el rol de socia de cocina del servicio alimentario Buenos Aires Lomas de Zapallal, ubicado en el asentamiento humano Buenos Aires en el distrito de Puente Piedra. 

Para esta actora comunal; el lavado de manos, la manipulación adecuada de los alimentos y mantener la higiene en la cocina son prácticas necesarias para garantizar una buena alimentación a las niñas y niños menores de 36 meses de edad. Estas acciones, según indica, las aprendió en sus capacitaciones con el equipo de nutricionistas del Programa Nacional Cuna Más del Midis.  

Bertila reconoce que cocinar para niñas y niños menores de 36 meses de edad no es complicado si aplicas la creatividad, el ingenio y la paciencia como ingredientes, sobre todo, en los alimentos ricos en hierro: “Me llamó bastante la atención cuando me dijeron que tenía que preparar la avena moradita; yo pensé que se trataba de avena con maíz morado, pero mi compañera me dijo que la preparación consistía en cocinar avena con beterraga, lo hicimos y la verdad es que es rico y no se siente para nada la beterraga, los niños lo toman con mucho gusto”, refiere la socia de cocina.

Las niñas y niños de la primera infancia del Centro Infantil de Atención Integral (CIAI) Mis Angelitos de Buenos Aires tienen más que garantizado una buena alimentación que los ayudará en su desarrollo integral, según Rosario Angulo Tipiani, acompañante técnico: “En el caso de las voluntarias de socias de cocina su rol es muy importante porque gracias a ellas podemos obtener los alimentos ricos en hierro, una alimentación nutritiva para nuestras niñas y niños que en realidad son los que se benefician con esta alimentación”, indica.

La socia de cocina, Bertila Pérez, manifiesta que disfruta preparar los alimentos para las niñas y niños usuarios de Cuna Más: “Me emociono de verlos, a los pequeñitos, los bebes que toman su media mañana que lo disfrutan, me da una emoción una alegría”, sostiene.

Esta madre de familia además de ser voluntaria del programa social, hace 15 años se dedica a la venta de mazamorras y su emprendimiento nació con el único objetivo de brindarles un mejor futuro a sus hijos: “Empecé a vender mazamorra morada, arroz con leche y combinado”. Posteriormente, fui innovando y ahora también preparo mazamorra de fresa y gusta mucho a mis clientes”, señala con una sonrisa.

Bertila seguirá trabajando para concretar sus proyectos, paralelamente continuará con el servicio de voluntariado que brinda a las niñas y niños de la primera infancia del distrito de Puente Piedra.

Ver video en YouTube:  https://youtu.be/hHW3gPFQy7M