Historia del reloj de Talavera

Talavera es una ciudad castiza de origen, pero de corazón andino, a la que el sabio Antonio Raimondi llamó Perla de Chumbao. Fue fundada por los españoles entre los años 1533 y 1547, se encuentra ubicada a 4 km de la ciudad de Andahuaylas, con un clima agradable y templado.

Su Plaza de Armas es un conjunto arquitectónico moderno, en la que destaca la Iglesia con la Torre del Campanario edificada en piedra, construida a fines del siglo XIX, gracias al patrocinio de don Ignacio Quintana Beingolea.

En 1944, se fundó el Centro Representativo Talavera, y sus miembros realizaron toda la gestión necesaria para comprar el reloj de la Plaza de Armas. Los primeros dirigentes de este centro fueron don Víctor Guizado, como presidente; el señor Pía Arriola, como tesorero; y el señor Quintanilla, como secretario, quienes crearon el Subcomité Pro-Reloj Público Talavera.

El señor Carlos Loayza, quien encabezaba dicho subcomité, radicaba en ese entonces en Huancavelica y dejó una carta para la historia:

El Comité Pro-Reloj Público de Talavera, en ningún momento ha descuidado, como en efecto no descuida, en buscar un reloj adecuado y apropiado para obsequiar a nuestro pueblo de Talavera, en nombre de todos los erogantes.

Nos constituimos oportunamente a la fábrica nacional de relojes en Lima, en Jirón Azángaro 568, solicitando que nos vendiera un reloj para torre. Fatalmente, en la actualidad, dicha fábrica no tiene relojes listos, construidos y menos en funcionamiento, por lo que no se puede apreciar la calidad de la maquinaria y tampoco el tamaño del objeto.

Los fabricantes nos ofrecen entregar dentro de 3 meses, siempre y cuando el interesado abone adelantado una suma regular de dinero sobre el valor del reloj. Sin embargo, trataremos de encontrar alguna solución favorable.

Entre los talaverinos que aportaron económicamente, se pueden citar a los señores: Carlos Loayza (presidente), Martin Loayza (tesorero), Vicente Fernández (secretario), Alfredo Lagones (fiscal), Julián Mitma (vocal), dirigentes del Comité Central Pro-Reloj Público. Asimismo, entre los aportantes, encontramos también a los ciudadanos talaverinos: Edilberto Chacón, Juana Guizado Cáceres, Gregorio Ayquipa, Felipe Navarro, Néstor Loayza, Jorge Alarcón, Fernando Delgado, Leandro Torres, Antonio Lerzundi, Mariano Gonzáles, Fortunato Ramos, Víctor Peceros, Nicanor Perales, Amador Pérez, Teófila Roca, Espíritu Quispe, Alejandro y Edilberto Torres, Natividad Ortega, Julia Delgado, Dina Tataje, Hipólito Salazar, Jesusa de la Flor Silvera, Juan de la Cruz Salas, Juan Pablo Romero, Salomón Silvera, Carmelon Loayza, Felipe Leguía, Antonio Aparca, Darío Alarcón y familia, Hermenegildo Salas, Mariano Lobatón, Grimaldo Samanez, Martin Silvera, Braulio Ortega, Ramón Leguía, Cirilo Ortega, Fermín Silvera, Justo Lobatón, Saturnino Sotelo, Celestino Ramírez, Juan Pablo Rodas, Nazaria Fernández, Eusebio Salazar, Eufemia, González, Carmela Cáceres, Victoria Loayza, Cristóbal Santander, entre otros.

Por este motivo, el reloj de la Plaza de Armas es un constante recuerdo de la obra que, con esfuerzo y sacrificio, los talaverinos realizaron y dejaron como testimonio de una meta lograda con honor.